Seis balazos se escucharon en la calle 14 con carrera 25 del barrio San Francisco de Bucaramanga. Allí, Yosman Sneider Caicedo Carreño, de 21 años, fue blanco de un brutal ataque a plomo.
Uno de los tiros penetró su cabeza y otros dos se le incrustaron en su tórax. Hasta ayer se encontraba en estado crítico luego de ser intervenido quirúrgicamente, en el Hospital Universitario de Santander, HUS.
El ataque
A las 8:30 de la noche, Yosman se encontraba sobre el andén haciendo una de las cosas que más le gustan, arreglar su motocicleta, cuando fue sorprendido por un gatillero. El ataque fue rápido, pero tormentoso. Mientras corría, suplicaba por su vida, pero no tuvieron compasión, dispararon una y otra vez mientras el hielo les corría por la sangre.
Yosman fue alcanzado por tres proyectiles y cayó. Testigos aseguran que los agresores huyeron en moto, otros que se fueron corriendo sin rumbo fijo; lo cierto fue que nada pudieron hacer para detenerlos.
Los amigos rodearon a Yosman, pedían auxilio, porque él no respondía. Un sujeto a su lado lloraba, se agarraba la cabeza y le rogaba que no lo abandonara. Muchos lo dieron por muerto, pero aún tenía signos vitales.
Fue trasladado de urgencias hasta el HUS, donde debido a la gravedad de las heridas fue sometido a una delicada cirugía. Se encuentra bajo pronóstico reservado, luchando por su vida.
Allá en la cuadra del tiroteo decían que Yosman no había recibido a amenazas y que no tendría problemas con nadie; sin embargo, otro señalaron que desde hacía varios meses tendría una pelea ‘casada’ con otro sujeto y que ahí se pudo originar el atentado sangriento.
Estas versiones serán corroboradas por las dos cámaras de seguridad que hay en la zona. Además su testimonio cuando se recupere será clave para la investigación.