Las motos era la mayor pasión de Jerson Andrés Flórez, quien trabajaba en la empresa Trimeca. Por eso ahorró tanto como pudo hasta que cumplió su sueño: comprar una Yamaha VIZ72E.
Hace apenas cuatro días hizo el negocio, la adquirió de segunda pero como nueva. En sus redes sociales posteaba fotos luciendo orgulloso su máquina.
Y claro, de la mano de esas máquinas corre la adrenalina por la sangre. Jerson no se perdía la cita de los jueves a los ‘piques’ en la vía al corregimiento de El Centro, en las afueras de Barrancabermeja.
Ansioso por estrenar su ‘tote’ se le midió a la peligrosa práctica. Llevaba a a una adolescente de 17 años como parrillera.
Poseído por el desenfreno, apretó la manija derecha, dejó que fluyera la emotividad, el desafío la velocidad, la brisa azotando con ráfagas su rostro… a ‘toda’ velocidad por el sector de El Palmar. El febril momento llegó a la cima, hasta que una curva puso en ‘jaque’ su pericia.
Chocaron contra un muro, ‘volaron’ y cayeron de golpe contra al asfalto. La algarabía cesó cuando se escuchó el ‘totazo’.
Jerson murió de manera instantánea, su cabeza recibió el golpe pleno. Con los ‘pelos de punta’, los motorizados vieron la estremecedora caída, el final de una existencia que apenas iniciaba: 20 años.
DATO
La adolescente de 17 años, a quien llevaba como parrillera, fue llevada a la Clínica Reina Lucía.
“Y justo ese día no quería ir”
Pasadas las 10:00 de la noche Anyelo Flórez y Martha Galvis recibieron la desgarradora noticia.
“A Jerson le gustaban mucho los piques pero ese jueves no estaba convencido de ir. Cuando lo llamaron se hizo el rogado, pero luego se alistó y les dijo a mis tíos que se iba. Después llamaron a decirles que el flaco había muerto”, contó una prima de la víctima.