Evangelista Martínez, de 57 años, manejó camión la mayor parte de su vida. No le faltaban anécdotas, hazañas y experiencias.
Así lo recuerdan sus ‘colegas’ conductores quienes aseguran que era dicharachero, alegre y con la habilidad particular “de colocarle apodo al que fuera”.
Disfrutaban escucharle sus “cuentos”, dicen que nunca se le veía serio, en el buen sentido.
Pero a pesar de la veteranía como conductor de camión, un aparente descuido le resultó fatal a Evangelista cuando hacía un viaje transportando carbón hacia Bogotá.
Ocurrió el lunes a las 7:20 de la noche cuando iba por el tramo de la vía Oiba- Barbosa.
En el kilómetro 64+414 al parecer perdió el control en una curva y la ‘mole’ de placa SVD059 resultó volcándose.
No llevaba el cinturón puesto así que terminó en el asiento del acompañante, aprisionado en la cabina.
Cuando llegó el Cuerpo de Bomberos de Oiba para ver si aún había oportunidad de rescatarlo, paramédicos del Hospital San Rafael confirmaron que no tenía signos vitales. Murió de forma instantánea por múltiples traumas.
Solo quedaba esperar que Policía de carreteras hiciera las respectivas labores de criminalística.
Hasta las 10:00 de la noche terminaron el croquis y demás actos urgentes. Luego los hombres de bomberos rescataron el cuerpo para levantamiento.
En Bogotá lo espera su familia desconsolada para darle cristiana sepultura y el último adiós.
“Peñaloza era un ser con una calidad humana muy grande, siempre lleno de buen carisma”, expresó uno de sus compañeros de trabajo.
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Meses llevaba Evangelista conduciendo la ‘mole’ roja de placas SVD-059.
El gremio de camioneros lamentó la súbita tragedia de Evangelista.
Aunque ya solo conducía mula en temporadas porque hacía parte del transporte intermunicipal de Cundinamarca, aún conservaba la pericia pero un infortunio le costó la muerte.