La pronta partida de Luis Miguel Franco tiene a sus allegados sumidos en una profunda tristeza. El daño causado es irreparable. A sus 22 años y con muchos sueños por cumplir, fue asesinado de una manera vil, por robarle un celular.
Desde niño se preparaba para convertirse en un futbolista reconocido y pertenecer a las ‘grandes ligas’. Era un deportista consagrado, nada lo detenía. Jugó en las Divisiones Menores del Atlético Bucaramanga y perteneció a todos los equipos de barrio que lo invitaban. Para todos era claro que el balompié era su pasión.
Hace poco viajó hasta México para entrenar. Permaneció dos meses allá, pero debido a una lesión tuvo que regresar. Se recuperaba poco a poco y esperaba volver al país Azteca. Nunca dejó de tocar puertas. Quería ser el mejor y no se daba por vencido.
Sus padres siempre lo apoyaron y creyeron plenamente en su talento. “Luisito amaba el fútbol. Cuando estaba más pequeño dejaba de ir a colegio por ir a jugar. Era un buen hijo, esperaba ayudarnos más adelante, pero le cortaron las alas de una forma cruel”, expresó muy afligido Luis Miguel Franco Suárez, padre del deportista.
Era el quinto de 5 hijos y vivía con una de sus hermanas en un apartamento en el barrio Granjas de Provenza parte alta.
Sus padres residen en Sabana de Torres y se visitaban de forma ocasional. Mantenían comunicación frecuente.
Sin embargo, ayer en la mañana recibieron una llamada y les dieron una noticia devastadora: uno de sus hijos menores murió luego de ser acuchiillado por un delincuente.
Poco después del mediodía llegaron a la Ciudad Bonita para despedirse de ‘Luisito’.
“Pedimos que se haga justicia, que haya mano dura para que agarren a los asesinos, porque es inconcebible que maten a una persona por robarle un celular.
“Apagaron una vida y este caso no se puede quedar impune. No solo por él, sino para que esos bandidos no le sigan haciendo daño a otras personas. Dejaron un vacío muy grande”, dijo el papá.
El crimen
El crimen ocurrió ayer a las 6:30 de la mañana, en un callejón, en el barrio Granjas de Provenza parte Alta.
Luis Miguel llegó a buscar a un amigo, en la carrera 21B con calle 111. Habían quedado la noche anterior de madrugar para ir a jugar un ‘partidito’. De forma insistente le pegó con el candado a la puerta para despertarlo, pero él no daba señales de vida. Sacó el celular para llamarlo y en ese momento lo sorprendieron dos delincuentes dispuestos a robarle el teléfono celular.
Nadie sabe si ‘Luisito’ se opuso, lo cierto fue que le clavaron dos puñaladas en la espalda con un cuchillo de carnicería.
Herido de gravedad y con la “adrenalina al 100” intentó correr, se quitó la camisa y presionó las heridas. Salió hasta la vía principal y se subió a un taxi rumbo a la Foscal. Los vecinos no creyeron que fuera tan grave; sin embargo, a las 9:30 de la mañana se conoció el lamentable hecho. Murió mientras era intervenido quirúrgicamente.
¿De dónde salió el cuchillo?
Minutos antes de cometer el homicidio, los delincuentes habrían llegado a una carnicería. Con un revólver amenazaron a los propietarios. Entraron y tomaron el cuchillo con el que a esa hora arreglaban la carne. Robaron casi 800 mil pesos y el ‘arma’. Huyeron y a media cuadra se encontraron con ‘Luisito’. Su destino ya estaba escrito.
Video: en las cámaras de seguridad quedó registrado el momento en el que huyeron los asesinos hacia Granjas de Provenza parte Baja.