Tras la noticia del lamentable fallecimiento de Javier Enrique Granados Pinilla, un santandereano de 46 años, amante de las motos y dueño de una cadena de gimnasios, unos bumangueses recordaron también el trágico homicidio de un vigilante informal que ocurrió el 14 de junio de 2016 en la Plaza Satélite, crimen por el que Granados fue enviado a prisión domiciliaria.
Si bien Javier Enrique Granados es conocido por su afición a las motocicletas de alto cilindraje y su vida deportiva, este escándalo no pasó desapercibido en medio de su trágica muerte, que ocurrió en la vía entre La Fortuna y Bucaramanga, en jurisdicción de la vereda Lisboa del municipio de Lebrija.
¿Un crimen que quedó en la impunidad?
La muerte del vigilante Bertulfo Puerta Artega, de 52 años, ocurrió el 14 de junio de 2016 , a las 11:00 a.m, en el sector de la Plaza Satélite de Bucaramanga.
Javier Enrique Granados Pinilla le habría disparado después de tener un altercado por el uso del parqueadero. Tras una discusión y una puñalada que le infligió el vigilante, Granados decidió perseguirlo hasta matarlo.
Un juez de control de garantías dictó medida de aseguramiento de carácter domiciliario contra Javier Enrique Granados Pinilla, de 39 años, por ser el presunto autor del crimen del vigilante Bertulfo Puerta Artega, de 52 años.
La decisión de la casa por cárcel concedida por el juez, en ese momento, fue apelada por la Fiscalía, que solicitó que la medida de aseguramiento fuera en un centro de reclusión.
Familiares y amigos del vigilante asesinado protestaron días después frente a la Plaza Satélite del Sur para rechazar la medida de aseguramiento de carácter domiciliario que se le dictó a su presunto homicida.
Indignados por la decisión judicial marcharon con carteles y gritos, pasando entre los carros, hasta llegar frente a un gimnasio cercano, propiedad del presunto atacante.
“¿Qué estamos pidiendo? ¡Justicia!, ¿Que pague con qué? ¡Con cárcel!”, decía el grupo, en desacuerdo por la medida de detención domiciliaria que recibió Granados Pinilla, al ser presentado ante un juez por los seis balazos que le propinó al vigilante informal de 52 años.
Así fue investigado el homicidio
Un testigo, que fue consultado por las autoridades, indicó que entre el celador y Granados Pinilla había serias diferencias por el uso del parqueadero público.
“El martes, el dueño del gimnasio llegó y parqueó su carro frente a uno de los locales del sector. Entonces, cuando el dueño de ese local iba a estacionarse, le pidió el favor al vigilante de que le avisara al del gimnasio, para que corriera su automóvil. Don Bertulfo fue y le dijo y ahí se desató el problema. El tipo sacó una pistola, amenazó al celador y empezó a insultarlo. Incluso, lo escupió”, señaló el testigo.
En ese momento, Bertulfo sacó un cuchillo, le propinó una puñalada en el pecho a Granados Pinilla y salió corriendo.
“El dueño del gimnasio empezó a dispararle al vigilante. No le importó que en el sitio había niños jugando. Don Bertulfo gritaba que lo ayudaran, que lo iban a matar, pero el tipo lo persiguió y le disparó hasta que el señor cayó muerto frente a uno de los locales”, relató el testigo.
Según la Policía, el propietario del gimnasio registraba también una investigación por el delito de lesiones personales, que databa de 2009.