El hombre alegre que se caracterizó por sacarle siempre el ‘lado amable’ a cualquier situación por más difícil que fuera, no volverá a sonreír.
Jairo Alberto Plata Ortiz, de 53 años, fue asesinado de manera vil a unos cuantos pasos de su casa en el Rincón de Girón, mientras se disputaba el partido entre Colombia y Perú.
El crimen generó tristeza, desasosiego entre sus familiares y conocidos, pues aseguran que no era un tipo de problemas; por el contrario, siempre buscaba la forma de contagiar con su buena ‘vibra’ a quienes lo rodeaban.
“Él podía tener problemas pero jamás dejó de tomar el pelo. No se dejaba agobiar. Era el tío recochero y amoroso. Se reía de la vida. Lo vamos a extrañar”, manifestó Erika Murillo, sobrina de Jairo Alberto.
Erika tiene claro que Jairo no era “ladrón”, pues de manera inicial especularon sobre un sujeto de 25 años que lo habría apuñalado después de un hurto en la plaza de mercado de El Poblado.
“Se ganaba la vida de manera honrada. Trabajaba en construcción o en lo que le saliera. Hay que dejar claro que las cosas no fueron así. No se puede dañar la imagen de una persona de esa forma. A mi tío lo mataron por robarlo”.
Así como ella, varios vecinos rechazaron esas acusaciones y aseguraron que Jairo era una persona respetuosa. Aunque le gustaba tomarse sus tragos, no era problemático.
“Con todos se hablaba y era amigo de muchos”, dijeron.
El crimen
Jairo Alberto estuvo el domingo en el barrio y antes del mediodía se habría ido para Piedecuesta a donde su hija, quien le tenía preparado un almuerzo para celebrarle el Día del Padre.
Por la noche llegó y vio el primer tiempo en un negocio de El Poblado; cuando se iniciaba el segundo se disponía a irse para su casa, pero la muerte lo sorprendió. Casi llegaba.
El agresor lo habría pateado primero, al parecer, para robarle el celular.
Jairo habría intentado defenderse y en ese momento que fue apuñalado en el pecho, cerca al corazón, en un hombro y el antebrazo izquierdo.
Aquel asesino ‘desconocido’, quien estaría bajo los efectos del alcohol, al sentirse delatado intentó huir por un callejón de la calle 44, pero fue interceptado y capturado por la Policía.
Ahora debe responder ante la justicia por este homicidio que ha conmovido a todo un barrio.