Nuevos detalles del macabro crimen de Óscar Javier Rueda Beltrán reveló la Fiscalía en la mañana de este jueves 7 de septiembre durante la realización de las audiencias que se adelantaron en contra de Nancy Natalia Pérez Bermúdez y Analsi Milena Bermúdez Reyes, esposa y suegra de la víctima.
Durante la imputación de cargos el fiscal relató el minuto a minuto del asesinato hombre de 28 años a manos de su compañera sentimental, quien contó con el apoyo de su mamá y de su hermana para esconder el cuerpo y las pruebas del crimen.
Todo ocurrió en el segundo piso de la casa 28, manzana 9 y peatonal 1 del barrio Betania, en el norte de Bucaramanga. Allí, entre las 11:50 p.m. del 11 de julio y las 12:50 a.m. del 12 de julio pasados, Rueda Beltrán y Nancy Natalia se enfrascaron en una discusión intrafamiliar.
“Llevaban un mes de residir en esta vivienda. Luego de iniciar una discusión pasaron a las vías de hecho, Nancy tomó un cuchillo de la cocina y agredió a su compañero causándole múltiples heridas”, relató la Fiscalía.
En el informe el ente acusador señaló que la mujer le propinó seis heridas en tórax anterior, otra herida en el lado derecho del pecho , otra dos heridas en la espalda, tres heridas de defensa en las manos y siete heridas más en el cuello y borde inferior del rostro.
Al recibir las primeras heridas, el hombre cayó al suelo y estando allí intentó defenderse poniendo sus manos. Todo fue en vano y terminó perdiendo la vida.
Sobre la 1:34 a.m. del 12 de julio, Pérez Bermúdez se comunicó con su mamá, Analsi Milena Bermúdez Reyes, y le dio a conocer lo sucedido. La progenitora llegó hacia las 2:08 a.m. de ese mismo día a la vivienda en donde se dio el crimen, acompañada por otra de sus hijas.
“Hacia las 2:35 a.m., las tres mujeres salieron de la vivienda a bordo de dos motocicletas, una de estas motos era conducida por Nancy, con destino a la vereda Santos Bajo de Bucaramanga. Allá tiraron el cuerpo de la víctima en aguas del río Suratá”, señaló el fiscal encargado durante la audiencia pública.
Las tres mujeres permanecieron en esta zona rural hasta las 3:07 a.m. y retornaron a la vivienda sobre las 3:27 a.m.
El cadáver de Rueda Beltrán fue arrojado al río desnudo, sin ningún elemento que permitiera facilitar su identidad. Ya sobre las 7:00 a.m., fue encontrado en las aguas del afluente, a su paso por el kilómetro 5 de la vía que de Bucaramanga conduce al municipio Matanza, por la comunidad que dio aviso a la Policía.
El Cuerpo de Bomberos de Bucaramanga rescató el cadáver y el CTI realizó la inspección técnica. Para ese entonces, fue llevado a Medicina Legal como N. N. y días después se identificó plenamente.
Un testimonio clave e interceptaciones telefónicas
Investigadores del CTI fueron armando el rompecabezas y lograron determinar enseguida que Óscar no había sido asesinado en cercanías al río, sino en otro lugar.
La pareja del fallecido, en un primer momento cuando fue requerida por las autoridades, entregó un testimonio falso.
“Ella dijo que tenía conocimiento que había salido de la casa sobre las 2:00 a.m., que llevaba la suma de $1 millón 200 e iba a San Rafael de Lebrija a comprar unos camuros y que desconocía qué ocurrió. Solamente se enteró después cuando halló el cuerpo”, dijo la compañera sentimental en su momento.
Luego, según la Fiscalía, ella empezó a dar versiones contradictorias, eludir a las autoridades y a entorpecer el proceso.
Con lo que no contaba la acusaba fue que durante el proceso se conoció el testimonio clave de una vecina que ayudó a sacar a flote la investigación.
“Desde la semana pasada no lo volví a ver a ese muchacho, ni sabía que estaba muerto. Esa noche escuché cómo discutían, vi la luz prendía en la habitación, escuché que corrían y había totazos. Una mujer le decía a la otra ¿qué le pasó? Luego no volví a ver al muchacho, vi fue días después a la señora con un pote lleno de pintura”, expresó el fiscal en su relato.
Con estos indicios, la Fiscalía solicitó un allanamiento en el inmueble en donde vivía Óscar Javier con su pareja de 27 años. En este lugar, con luces forenses y demás equipos técnicos especializados se analizó cada habitación. Lo encontrado allí fue clave.
“La casa brilló como un arbolito de Navidad: en la habitación principal, el baño, el lavadero y la cocina había sangre, así como también huellas materiales del delito”, dijo el fiscal del caso, quien además agregó que Medicina Legal estableció que era sangre humana.
También se procedió a interceptar el celular de madre e hija. En varias comunicaciones mencionaron sobre la “gravedad del pecado” que había cometido Nancy Natalia.
A todo esto se suma que a través de la triangulación de la señal de celulares con equipos especializados, los investigadores pudieron establecer que Nancy, su mamá Analsi Milena y su hermana estuvieron en la vereda Santos Bajos en la madrugada del 12 de julio.
Las capturas
Con las múltiples evidencias recopiladas, en horas de la madrugada de este miércoles 6 de septiembre, agentes del CTI y uniformados del Batallón Caldas del Ejército Nacional, llegaron hasta la carrera 10 con calle 24N del barrio Balcones del Kennedy, en el norte de la ciudad, para arrestar a las dos mujeres.
En los allanamientos fue encontrado el celular del hoy fallecido en poder de la madre de la señalada homicida. Madre e hija, recientemente, habían cambiado de vivienda para evadir el cerco de las autoridades judiciales.
La Fiscalía Primera de la Unidad de Vida les imputó cargos a la joven de 27 años por los delitos de homicidio agravado en concurso con ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio, a los cuales no se allanó.
Su progenitora, de 44 años, fue juzgada por alteración o destrucción de elemento material probatorio y encubierto por favorecimiento. Tampoco aceptó responsabilidad.
A esta hora se adelanta la solicitud de medida de aseguramiento en contra de las procesadas.