La vida para Lizeth Natalia Lozano Camargo cambió de manera drástica cuando su excompañero sentimental la amenazó con un cuchillo y la obligó a subirse a un taxi. Ese sábado 27 de agosto de 2022 fue la última vez que la joven pudo caminar.
Para esa fecha, Lizeth Natalia tenía 17 años, el pasado mes de diciembre alcanzó la mayoría de edad. Lo que su madre recuerda, doña Sirley Camargo, es que su hija se fue a comprar una empanada y en ese trayecto se encontró con su exnovio, Jorge Luis Quintero Ortega, de 27 años.
“Él la llamaba, la buscaba para que volvieran y ella no quería. Las amenazas eran que si no volvían él se mataba o la mataba, y casi lo logra”, señaló la progenitora.
El sujeto la amenazó con un cuchillo y la subió a un vehículo taxi en el barrio Bucaramanga, tomaron la ruta hacia el barrio Dangond.
Cuando llegaron a un semáforo en rojo la joven se bajó del vehículo y la discusión continuó en la vía pública. Pero de las palabras Jorge Luis pasó a los golpes, le pegó en la cabeza con la cacha de un cuchillo y la hirió en la espalda.
“Ella se levantó y lo empujó, pero ahí ella dice que sintió que algo le bajaba por el cuello, se puso la mano, sintió sangre y cayó. La puñalada le dañó la médula espinal y no podía pararse, sintió el ‘destemplonazo’ y cayó”, relató la progenitora.
Tras agredirla intentó huir hacia el barrio Provenza, pero al llegar a la calle 105 con carrera 15 fue capturado por una patrulla de la Policía que además le incautó el cuchillo con el que hirió a su expareja.
Un juez de garantías decidió imponerle una condena de 25 años y un mes de prisión por el delito de tentativa de feminicidio agravado, que no contempla ninguna rebaja de pena.
En cuanto a Lizeth Natalia se encuentra en su hogar después de permanecer varias semanas en una Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Internacional de Colombia.
Sin embargo el dictamen médico es que quedará parapléjica por los daños en sus sistema nervioso.
“Ahí vamos con mi hija, seguimos las terapias y esperamos el milagro que algún día vuelva a caminar. Está en casa y estamos contentas con la justicia por la condena contra el tipo que casi le quita la vida. Es una niña alegre y sé que va a salir adelante de esta lamentable situación”, dijo la mamá.
No obstante doña Sirley ha manifestado que ahora la lucha no es contra la justicia sino con las entidades de salud. La joven está afiliada a Asmet Salud.
“Estamos a la espera que nos den una silla de ruedas. De igual manera es una lucha sacar las citas para las terapias. Esperamos que la EPS se ponga la mano en el corazón”, expresó la mujer.
