González, de 47 años, iba como copiloto a bordo de una dobletroque de placas XMD-339 que iba desde Bucaramanga hacia Barrancabermeja con 15 toneladas de gallinaza.
Cuando iban por el kilómetro 58+600 por la vía La Fortuna, una manguera se estalló; el vehículo cogió impulso ‘desenfrenado’ y sufrió volcamiento lateral cuando el conductor dio una curva.
Quedó destrozado por completo, mientras Esperanza y el chofer permanecían atascados en la cabina. El impacto estremeció a los demás conductores que pasaban por el sitio, echando cruces ante la tragedia; hasta que aquellos maltrechos ocupantes fueron auxiliados por la Policía de Carreteras.
Esperanza sufrió politraumatismos graves por lo que debieron ingresarla de inmediato a cirugía. Un vaso sanguíneo se le estalló en el estómago. Su estado de salud es crítico, sufrió además una fractura de cadera que requiere otra intervención quirúrgica.
Ante ese complejo panorama deben trasladarla a un centro hospitalario de mayor nivel, porque en la clínica no realizan ese tipo de cirugías y -según los familiares- no ha sido posible.
“Pedimos ayuda porque mi mamá se nos está muriendo. En Bucaramanga nos dicen que no hay camas UCI pero lo que se necesita es que le practiquen una cirugía general.
En el único lugar donde la reciben es en Barranquilla, pero son quince horas de viaje en ambulancia y ella no resistiría. Está inmóvil por la magnitud de las fracturas”, expresó su hija Yurley González.
