Cristian Camilo Balseiro Ortiz asistió a la caravana de despedida del motociclista Javier Andrés Vega Serrano, quien perdió la vida en un accidente de tránsito en la Avenida La Rosita con carrera 24 de Bucaramanga y 15 días después se rencontrarían para continuar con su gusto por las motos de alto cilindraje, en la eternidad.
Murió el martes un poco antes de la medianoche al chocar contra un poste, frente a un establecimiento educativo del barrio Provenza. Se movilizaba por la calle 105, en sentido oriente – occidente y al llegar a la glorieta perdió el control de su ‘poderosa’ BMW 1000 de placa XYG 02.
No alcanzó a maniobrar y terminó tendido en el piso sin signos vitales en la puerta de aquel colegio.
Para ‘El Negro’, escuchar el ‘rugir’ de las máquinas era una de sus más grandes pasiones por eso presumen que iría con exceso de velocidad. El golpe contra la estructura de cemento le arrebató la vida de forma inmediata.
Testigos aseguran que minutos antes, Cristian se encontraba con un grupo de amigos en otro sector de Bucaramanga, donde habrían molestado a los vecinos con el ruido de los motores, incluso, señalan que habría participado en una riña. Entonces habría arrancado a toda velocidad; sin embargo, las autoridades no han confirmado esta versión.
“Del hombre alegre y dicharachero solo queda el recuerdo. Siempre estaba contento, era buena persona, humilde y colaborador”, manifestó uno de los allegados.
“El Negro” hacía poco había comprado la motocicleta; trabajaba como comerciante, preciso, en compra y venta de motos. Era padre de familia.
