Arelis Peña, de 60 años, salió de su casa hoy para dirigirse a la parroquia San Judas Tadeo del barrio La Floresta de Barrancabermeja, Santander, con el propósito de participar de la eucaristía de las 6:30 a.m.
Esta vez, según denuncian sus familiares, se llevaría una experiencia amarga y de riesgo por cuenta de un delincuente quien, al parecer, la habría ‘escopolaminado’.
“Como casi todos los días, ella va a misa. Hoy, llegó sin un dinero que se le había dado para unas compras. Nos dice que la robaron en la iglesia, un hombre que estaba en la banca y se le acercó (…) Después de que salió de la iglesia, dijo que tenía su mente en otro lado, se sentía aturdida y confundida”, relató una familiar.
Lo último que recuerda Arelis es que el sujeto que estaba a su lado tendría entre 30 a 35 años, vestía con un uniforme de trabajo y tenía un abrigo amarillo. No recuerda cómo perdió su dinero.
Angustiados por el estado de salud de doña Arelis, sus familiares la llevaron al Hospital Regional del Magdalena Medio.
“En la casa le empezó un ataque de pánico, en el hospital nos dicen que efectivamente algo le pasó y que el efecto ya estaba pasando. Con las horas, el efecto empezó a pasar y el habla mejoró”, añadió la familiar.
Rafael Pombo, sacerdote de la iglesia en mención, expresó que “hay que tener mucho cuidado. Ya ni en las iglesias se está seguro, por eso cada persona que venga a las eucaristías debe estar siempre alerta para ver quién está a nuestro lado o se nos acerca”.