Según sus vecinos fueron dos días los que Yesid Vladimir Inca Martínez de 30 años, conocido como ‘El Peruano’, llevaba tomando con un sujeto identificado como Richard Castillo.
La parranda, en la que consumían cerveza y otros licores, se realizaba en una vivienda ubicada en la calle 11NA2 occidente con carrera 27 en la etapa 5, del barrio Bavaria II.
Dijeron testigos que compartían alegremente, que incluso la ‘tomata’ se extendió del día sábado hasta la tarde del domingo, cuando ocurrió la tragedia y se pasó de la alegría al llanto.
“Ellos tenían música y estaban ahí tomando. ‘El Peruano’ era una persona muy alegre, muy amable que siempre compartía con sus vecinos, no sabemos qué pasó. En el barrio no tenía problemas, quién sabe por qué discutieron”, señaló un residente de la zona.
Por motivos que aún son materia de investigación Yesid y su compañero de tragos, Richard, empezaron una acalorada discusión, ambos bajo los efectos del alcohol, tras dos días tomando.
Sobre las 3 y 20 de la tarde del sábado, de las palabras con insultos se pasó a las agresiones físicas.
‘El Peruano’ tomó un martillo y golpeó a la persona con la que alegaba. El golpe habría sido en la cabeza lo que le generó una herida abierta, no lo dejo inconsciente sino todo lo contrario le generó más furia.
La persona herida, conocida como Richard Castillo, tomó un revólver que tenía en la pretina de su pantalón y le apuntó. Algunos testigos pensaron que solo era para intimidarlo. Sin embargo, sí la accionó y uno de los disparos le acertó en el pecho.
Richard huyó en una motocicleta y se cree que se fue a un centro asistencial para que atendieran su lesión. Hasta el momento no ha sido capturado por la Policía, pero continúa su búsqueda.
Yesid Inca fue trasladado al Hospital Local del Norte donde los médicos no pudieron salvarlo. El proyectil que se le alojó en el cuerpo le afectó órganos vitales.
Extrañarán a ‘El Peruano’
Familiares y amigos de Yesid Inca han manifestado que el hombre que tenía como oficio ‘carnicero’, era una excelente persona que daba todo por sus dos hijos, una niña y un niño menores de edad.
Nació en Chachagüí, en Nariño, pero hace varios años se había radicado en Bucaramanga.
Solo que sus allegados también sabían que su vicio era el licor. Acostumbraba beber casi todos los fines de semana.
“Él se quitaba el pan de la boca para dárselo a sus hijos y familiares. Era una gran persona, pero su pecado sí era el trago y esto lo llevó a la tumba”, dijo un amigo.
Sin embargo, de acuerdo con la Policía, Yesid tenía otras faltas. Dos anotaciones, una por inasistencia alimentaria en el año 2021 y otra por violencia intrafamiliar.
