Entre la noche del jueves y la madrugada de ayer, en hechos ocurridos de manera aislada en Bucaramanga y Piedecuesta, dos personas habrían tomado la fatal decisión de acabar con su existencia.
Problemas personas y difíciles situaciones emocionales serían las causas de los lamentables hechos que enlutan a dos familias.
El primer caso se reportó el jueves, hacia las 6:40 de la noche, en un exclusivo sector de Piedecuesta cuando una mujer de 55 años fue hallada sin vida por su empleada de servicio.
De acuerdo con el reporte de las autoridades, la escena fue desgarradora. La trabajadora doméstica encontró el cuerpo de la dama suspendido al marco de una puerta, colgado con una soga que rodeaba su cuello.
La trabajadora de inmediato dio aviso a los familiares. Pese a que intentaron brindarle ayuda, no encontraron la forma de poder prolongar su existencia.
Todo fue desolador, solo quedó por dar aviso al CTI de la Fiscalía para que realizara los actos de levantamiento del cadáver y recolección de las evidencias.
Familiares afirmaron que “ella no había mostrado signos de depresión o similares”. Serán las autoridades los encargados de investigar.
Dolor en el 20 de Julio
Una situación muy similar a la anterior se vivió ayer, a las 2:50 de la madrugada, en el barrio 20 de Julio en Bucaramanga.
Allí una mujer se despertó a prepararle un tetero a su hija cuando encontró a su padre colgado del cuello con un lazo.
El hombre de 64 años habría tomado la decisión de colgarse en la parte superior del techo de la azotea para acabar con su vida.
En medio de la macabra impresión, sumada a sentimientos profundos de tristeza y dolor, la mujer junto con su esposo cortaron el lazo y dejaron caer el cuerpo. Intentaron auxiliarlo, pero corroboraron que el hombre ya no respiraba.
El fallecido era oriundo del municipio de Páramo, Santander, y se desempeñaba desde hace muchos años como carnicero.
Se presume que problemas personales lo habrían llevado a tomar esta fatídica y dolorosa decisión.
