En redes sociales, en los últimos meses, han circulado imágenes de sujetos que lanzan ‘pelotas’ al interior de los centros carcelarios de Santander. La mayoría de videos que han logrado ciudadanos se han grabado desde la calle 45, donde queda ubicada La Modelo, en el barrio Campohermoso.
En esas imágenes se aprecian como los individuos casi siempre llegan en moto, se bajan de sus vehículos y con fuerza lanzan los paquetes desde el exterior a los patios del penal. Al parecer ya conocen donde caerán previa comunicación con los privados de la libertad.
En los últimos años han sido varios los operativos adelantados por las autoridades para dar con estos individuos que están detrás de esta actividad ilegal que ha sido catalogada como ‘los peloteros’.
En una de esas acciones, en el barrio La Cumbre de Floridablanca, se logró la captura de un hombre de 49 años quien en su poder se hallaron varias esferas, con estupefacientes y licor, que iban a ser lanzadas hacia los patios del penal de Bucaramanga.
Pero no fue fácil su aprehensión. Cuando el delincuente notó la presencia de los uniformados, salió corriendo e intentó refugiarse en el interior de una vivienda en el asentamiento humano Asomiflor, ubicado en la Transversal Oriental que une a los barrios El Carmen y Bucarica.
Pero la fuga no dio frutos y fue capturado por los uniformados con las pruebas del delito.
El comandante de la Policía Mebuc, el general José James Roa, aseguró que se trata de un hombre de 49 años que presenta anotaciones judiciales y quien ha sido protagonista de algunos de los videos que han circulado por redes sociales.
“Tenía antecedentes por delitos como hurto y reincidencia en el tráfico de estupefacientes. Es una persona que nuestros uniformados han capturado y siempre queda en libertad. Somos respetuosos de las decisiones”, señaló el oficial.
En esta ocasión no fue la excepción y un juez lo dejó libre pese a que se le encontraron 30 esferas con 200 dosis de cocaína y licor adulterado de bebidas como whisky, aguardiente, ron, sabajón, aperitivos y vinos.
Las drogas llegan a las cárceles
De acuerdo con el veedor de los derechos carcelarios, Hernando Mantilla, se deben adoptar medidas más eficaces para que en los centros de reclusión no se sigan comercializando los alucinógenos y así erradicar los hechos de corrupción en los que se ven inmersos los guardianes.
“Un adicto de la calle no se mejora en la cárcel, se empeora. Se deben crear estrategias que permitan superar esta situación que hace parte de la salud pública. Hay iniciativas como suministrarles las dosis mínimas que pueden generar controversia, pero podrían acabar con este comercio”.