Hasta el escenario deportivo del barrio La Inmaculada de Bucaramanga, los familiares, amigos y vecinos llevaron el féretro de la menor de 16 años asesinada en ese mismo lugar, el pasado martes, por otra adolescente de su misma edad.
Por varios minutos, el cuerpo fue dejado en las escaleras de la cancha para que sus allegados la despidieran y después fue trasladado en un carro fúnebre al Cementerio Central.
La madre de la víctima, quien labora en la Central de Abastos, aseguró que ahora buscará la custodia de su nieto que se encuentra bajo el amparo del Bienestar Familiar, ya que a su hija se lo habían quitado por problemas con las drogas.
“Desde que nació el bebé se lo llevaron de una. La ilusión de ella era tener su hijo, cayó en depresión y en el consumo”, señaló la progenitora.
Su homicida sigue internada en un centro para menores.