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Drayke Hardman, el niño que falleció en Utah a causa del bullying

Drayke Hardman era un niño de 12 años, de Utah, Estados Unidos, que acabó con su vida tras ser víctima de bullying por parte de un compañero del colegio.

Sus hermanas fueron quienes encontraron al niño inconsciente en su habitación el pasado martes 9 de febrero y, luego de intentar salvar su vida, Drayke falleció en el Hospital Infantil Primario Intermountain, en la mañana del 10 de febrero de este año.

El niño sufría acoso físico y verbal de un compañero de la escuela y sus padres afirmaron que en una ocasión llegó a casa con un moretón en el ojo, producto de un puño, pero decidió mentirles a sus padres para no “preocuparlos”.

Los familiares del menor han hecho publicaciones en sus redes sociales hablando sobre la situación, al parecer, con el fin de concientizar a las personas sobre el acoso que sufren los niños y adolescentes en las escuelas. Andrew Hardman, el padre, se pregunta: “¿Qué puede hacer que un niño de 12 años pierda tanta esperanza en su corazón como para (…) quitarse la vida? Una palabra: bullying”. Fue así como se inició la campaña #DoItForDrayke, en Instagram, para que miles de personas hagan visible esta problemática, que afecta a 7 de cada 10 niños en el mundo, según la ONG Bullying sin fronteras.

El acoso ocurre frecuentemente y la psicóloga clínica Beatriz Morales López afirma que esta situación se vive todos los días en el entorno escolar, social y virtual; razón por la que los padres deben estar atentos a cualquier cambio en la actitud de sus hijos.

Junto a Tania Morales, maestranda en Psicología Clínica, Beatriz realiza talleres en los colegios, donde incentivan a los niños a hablar sobre su convivencia escolar. Las profesionales en salud mental explican que hay ciertos patrones que le ayudarán a la hora de identificar si su hijo está pasando por esta situación.

Los países latinoamericanos con más casos de bullying son: México, Perú, Argentina, Chile y Colombia”, según el Estudio Regional Comparativo y Explicativo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Perfil de la víctima

Estas características son las que generalmente poseen los niños que son blancos potenciales en un caso de bullying, afirma Beatriz Morales: tienen buenas calificaciones si las comparas con las del victimario, tienen apariencia física de “desventaja”, por ejemplo, es la más gordita, el más alto, es el que usa lentes o tiene el pelo de tal forma. Se muestran tímidos e inseguros, suelen tener poca acertividad realizar actividades, son sumisos, suelen ser ignorados o rechazados por sus otros compañeros, presentan dificultad para imponerse o ser escuchados, tienen problemas para relacionarse con su entorno, son ansiosos o introvertidos.

Perfil del victimario

Los niños que agreden a sus compañeros suelen tener bajo rendimiento académico, si los comparas con las víctimas; son impulsivos, tienen poca empatía con la víctima, sienten la necesidad de dominar al otro, no suelen tolerar la frustración, se les dificulta seguir normas; en general, son más fuertes físicamente que sus víctimas, tienen una actitud hostil y desafiante frente a sus padres o profesores, hay escaso apoyo o supervisión de sus padres, tienen conflictos familiares, son más populares que las víctimas y suelen tener 2 o 3 compañeros que siempre los apoyan.

¿Cómo detectarlo?

Cuando ocurre acoso, no solo son la víctima y el agresor los involucrados, también están los espectadores, los padres, la sociedad, la familia, profesores y directivos del colegio. Cada uno de ellos tiene un papel fundamental en la vida de los niños y la forma en la que se relacionan con las personas, por lo que es importante que los adultos estén atentos y sepan cómo actuar.

Beatriz cuenta que muchos padres creen que estas situaciones “hacen parte del crecimiento de todos los niños y que es algo que les forjará el carácter”, aunque esa no es la realidad. “En una charla que tuvimos con los padres de familia de una institución, solo entraron 17 de los 500 que hacen parte de la comunidad estudiantil. Esto demuestra el desinterés de los adultos por este problema y eso debe cambiar”, afirman las psicólogas.

Estas son las señales que le ayudarán a identificar que su hijo está siendo víctima de bullying:

1. Cambios en el estado de ánimo: aparece la tristeza, la ansiedad o la irritabilidad.

2. Baja el rendimiento académico y cambios en sus calificaciones.

3. Ausentismo escolar.

4. Somatización.

5. Aislamiento.

6. Cambios en su conducta alimentaria.

7. Pesadillas.

8. Golpes, moretones o marcas en el cuerpo.

9. Daños en sus útiles escolares.

10. Baja autoestima.

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