En una charla con autoridades de universidades públicas y privadas del país y con empleados del Ministerio de Educación Superior, Haqqani ha puntualizado que las niñas y jóvenes afganas tienen derecho a estudiar, “pero no pueden hacerlo en las mismas clases que los chicos”, según indicó el medio Tolo News.
En este sentido, dijo que se proporcionará un “ambiente educacional seguro” a las estudiantes y ha prometido que las universidades se reabrirán “pronto” y que “se pagará” el salario de los profesores y empleados del ministerio.
En el mismo evento, el exministro de Educación Superior Abbas Basir indicó que los insurgentes han prometido preservar los logros conseguidos tanto en el ministerio como en materia educativa en los últimos 20 años.
Los talibanes aplican un interpretación rigorista de la sharia, la ley islámica, bajo la que las mujeres no pueden tener vida pública y han de estar ocultas a ojos de cualquiera, también con su vestimenta.
Pero hasta ahora, y con la caída del Emirato Islámico en 2001, las mujeres sí han podido trabajar y estudiar en el país asiático y la llegada del fundamentalismo encarnado hace temer una pérdida de las libertades conseguidas.
En el marco de las preocupaciones en la comunidad internacional sobre un eventual recorte o pérdida de los derechos de las mujeres en Afganistán tras el ascenso de los insurgentes, los talibanes se han afanado por mostrarse más moderados que en 2001.