El Papa ha pedido que los ricos «paguen más impuestos» para poder distribuirlos «entre los pobres y la clase media», durante una reunión en la que han participado representantes de los movimientos populares organizada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en el Vaticano.
Bajo el lema ‘Plantando bandera frente a la deshumanización’, y con el objetivo de reflexionar sobre el camino recorrido desde el encuentro de 2014, el Papa ha dicho que «debe haber más impuestos a los millonarios».
«Si ese porcentaje tan pequeño de billonarios que acapara la mayor parte de la riqueza del planeta se animara a compartirla, pero no como limosna, sino a compartirla fraternalmente, si se animan a compartirla, qué bueno sería para eso mismo. Y que justo sería para todos», ha añadido.
En su intervención, Francisco también ha rechazado frontalmente el sistema económico actual: «Mientras no se resuelvan los problemas de los pobres, no se resolverán los problemas del mundo». Al respecto, Francisco ha asegurado que los pobres no pueden esperar.
Por otro lado, en su alocución ha criticado el protocolo antipiquete del actual Gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, así como la represión a una protesta contra el veto a la reforma jubilatoria en ese país.
«Me hicieron ver un filmado de una represión de hace una semana, menos quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas… y el Gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta. Les convenía. Ténganlo en cuenta», ha alertado.
Contra «el silencio de la indiferencia que habilita el rugido del odio»
Del mismo modo, ha criticado «el silencio de la indiferencia que habilita el rugido del odio» y que –al callarse frente a la injusticia– «abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física y la violencia física a la guerra de todos contra todos».
También ha manifestado que «la competencia ciega por tener más y más dinero no es una fuerza creativa, sino una actitud enfermiza y un camino a la perdición». «Esa conducta irresponsable, inmoral e irracional está destruyendo la creación y dividiendo a los pueblos. No dejemos de denunciarla. Esto no es comunismo, es Evangelio puro (*) No es el Papa, es Jesús», ha añadido.
El Papa ha llegado en silla de ruedas mientras pronunciaba su intervención, ante la mirada del secretario general de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular de Argentina, Ale Peluca Gramajo.
Asimismo, han intervenido referentes de los movimientos populares y de la Iglesia, como el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, cardenal Michael Czerny, el cardenal Peter Turkson (actual canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales) y dirigentes del núcleo fundador entre los movimientos populares y la Iglesia, como Juan Grabois (Argentina), Xaro Castelló (España) y Joao Pedro Stedile (Brasil).