Si hay alguien que respira orgullo por estos días es Manuela Ramoa, la hija de Jorge Ernesto, el entrenador del Atlético Bucaramanga que tiene soñando a la afición del ‘Leopardo’.
Manuela, desde muy niña, cuando acompañaba al ídolo búcaro al estadio, le heredó a Jorge el amor por el elenco santandereano y en las últimas semanas ha vivido momentos únicos con su padre, a quien como en los viejos tiempos acompañó en los tres triunfos sucesivos contra La Equidad, Medellín y Patriotas.
En diálogo con Q’hubo, Manuela reconocío que “todavía tengo nervios, me tiemblan las manos a la hora de hablar del partido”.
Y no es para menos, porque ‘El Leopardo’ perdía 3-1 frente a Patriotas y terminó imponiéndose 4-3, con el constante apoyo de los seguidores.
“Hay que destacar a la hinchada que alentó en los 90 minutos, en ningún momento paró, sobre todo cuando se perdía el partido; yo creo que eso le subió el ánimo a los jugadores”, dijo Manuela.
Y agregó: “Sabemos que Patriotas es un equipo complicado, el 3-1 nos dejó fríos, pero la esperanza es lo último que se pierde y el equipo reaccionó muy bien”.
Las cábalas
Como buen argentino, las cábalas no pueden faltar. Ya en redes sociales es habitual que Manuela publique la foto junto a su padre luego del juego, así como llevar la bandera ‘gaucha’ para recordar las raíces del ‘10’, quien se quedó a vivir en la ‘Ciudad Bonita’ y ahora es más santandereano que la ‘hormiga culona’.
“Nosotros siempre al final del partido nos tomamos la foto, ya es cabala, y lloramos ‘a moco tendido’, porque vinimos a hacer historia. La bandera ya no se puede lavar (risas), las raíces de mi papá son argentinas, pero su corazón es santandereano”, dice Manuela.
Momentos difíciles
Jorge Ramoa es un hombre enamorado del fútbol y en los últimos años estuvo alejado de los camerinos en materia profesional e incursionó en los medios de comunicación, donde se transformó en el ‘10 del comentario’.
Precisamente, no estar de lleno como director técnico ha sido difícil, pero también ha enriquecido sus conocimientos y así lo confirma Manuela, quien sostiene que “ha sido difícil, pero él nunca ha estado alejado del Bucaramanga, han sido años pesados, pero en los medios observó el fútbol desde otra perspectiva y le ha permitido madurar, en cómo mirar el juego, como hacer la lectura de los cambios y en el manejo de grupo”.
Antes de cada partido, entre Mauela y Jorge siempre surge el “clásico todo o nada”, que se evidencia en los planteamientos agresivos del timonel búcaro, quien dirige como jugó, al ataque.
“Vamos a hacer historia”
Por ahora, Manuela, al igual que su padre, viven el momento. Aunque la afición quiere que Ramoa siga al frente del equipo para la próxima temporada, ellos se lo toman con calma y van paso a paso.
Ahora viene el partido más importante, contra Pereira, en casa y por la clasificación a los ocho.
“Yo creo que vamos a esperar a que se juegue el partido contra Pereira y que sea lo mejor para todos. Allí estaremos en la tribuna de mi papá, en norte alta, con toda la familia, apoyando al equipo. La verdad, estoy muy contenta, con la convicción de que el domingo se gana, es para hacer historia, porque esto no es solo de nosotros como familia, sino de toda la institución. Vamos a hacer historia, vamos a ganar”.