“La primera competencia que gané fue contra el asma y la displasia de cadera”, aseguró Jimena Leguizamón, nadadora colombiana de 17 años que recuerda cómo su condición médica la sumergió en el deporte que, hoy en día, la posiciona como una de las mejores en su práctica.
“Yo tenía tres años cuando los médicos sugirieron que antes de operarme (para reversar la dislocación de la articulación de la cadera) podría nadar. Nadie en mi familia se imaginó que esos doctores pronosticaron, no solo la solución a mi problema de salud, sino el gran sueño de mi vida”, dijo la joven deportista.
Jimena, quien creció con su mamá y sus abuelos, desvió la carrera que inicialmente iba hacia el quirófano para llegar al otro lado de la piscina, superándose a sí misma y mejorando su habilidad en el agua.
Fue en la escuela deportiva de Compensar en donde, gracias al acompañamiento de sus entrenadores, sacó a flote sus grandes capacidades en la natación, a pesar de que eso le significara tener una infancia distinta a la de otras personas a su edad.
“Recuerdo que me levantaba a las 4:00 a. m. para iniciar el entrenamiento a las 5:00 a. m. Llegaba al colegio a las 8:00 a. m., perdiéndome la primera hora de clase, estudiaba hasta las 3:00 p. m. y luego, desde las 4:00 p. m. hasta las 8:00 p. m., volvía a entrenar porque mi familia siempre ha creído que las personas que se esfuerzas más obtienen mejores resultados y sobresalen entre el resto”, contó.
Mientras las amigas de Jimena jugaban y se divertían en la hora del descanso, ella debía adelantar las actividades que no logró hacer al inicio de la jornada por estar moviéndose como pez en el agua, rompiendo su propia marca, desafiando el cronómetro y perfeccionando cada vez más sus movimientos para ser una deportista de alto rendimiento.
“Eran rutinas que me enseñaron a ser disciplinada, pues debía cumplir con mis estudios y mi deporte”, explicó.
De diversión y esparcimiento, con su familia y amigos como espectadores, la pequeña nadadora se ganó un lugar para demostrar su talento en competencias de gran nivel ante centenares, y hasta miles, de aficionados a la natación. Leguizamón estuvo en el Campeonato Nacional Interligas de 2021 en Barranquilla, ubicándose como la mejor nadadora en la modalidad espalda, también tuvo una destacada participación en los Juegos Panamericanos Junior 2021, en donde consiguió la medalla de plata en los 200 metros mariposa y la de bronce en los 4×100 metros combinados.
Igualmente, ella representó muy bien al país en los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022 y en el Campeonato Mundial Junior de Natación, que se celebró en Lima entre el 30 de agosto y el 4 de septiembre de 2022; sin embargo, su mejor actuación fue en el Campeonato Mundial de Natación 2022, en Budapest, en donde se convirtió en la primera colombiana en clasificar a una semifinal de un mundial de esta disciplina, lográndolo en la categoría de los 200 metros espalda.
“Yo solo me concentré en tener un buen resultado, luego me sorprendí con los mensajes de que yo era la primera colombiana en lograr una clasificación de ese tipo. Esto solo demuestra que cuando las cosas se hacen con talento, disciplina y amor, se alcanzan grandes cosas”.
Lo que empezó por un diagnóstico médico, cuando apenas tenía tres años, hoy en día es un estilo de vida que ha llevado a Jimena, no solo a estar en el podio de importantes competencias, sino a tomar la decisión de abandonar su país para prepararse y ser, en un futuro, la mentora de niños y adolescentes que también sueñen con ser grandes deportistas.
“En agosto del 2022 me vine a Estados Unidos a estudiar liderazgo deportivo, que va encaminado para ser entrenadora. Esta fue mi elección porque quisiera ayudar a las personas a crecer, darles ese empujón y esa ayuda que tanto necesitan como lo hizo mi entrenador cuando inicié, en Colombia. Ha sido duro estar alejada de mi país y mi familia, pero si uno decide hacer algo, hay que terminar de hacerlo y además hacerlo muy bien”, aseguró la nadadora colombiana que no ve lejana la posibilidad de ganarse un puesto en los Juegos Olímpicos de París 2024 y representar a Colombia con la frente en alto, como lo han hecho varios atletas.
De escenario de formación deportiva a sede de los Premios Altius 2022
Así como Jimena Leguizamón, son varios los colombianos que se han formado en distintas disciplinas en los semilleros y escuelas deportivas de Compensar, que cuenta con escenarios de talla internacional y un equipo humano que, no solo enseña lo técnico de cada deporte, sino que también acompaña el desarrollo integral de cada deportista.
“Contamos con entrenadores, profesionales de la salud y el deporte que, siendo expertos en su área, capacitan a los atletas que nos representan a nivel local, nacional y mundial, obteniendo importantes reconocimientos. Adicionalmente, en nuestras Escuelas Deportivas, desde muy temprana edad, fomentamos la actividad física y el deporte como componentes primordiales del bienestar integral en la sociedad”, aseguró Juan Manuel Rivadeneira V., Gerente de Recreación y Deportes de Compensar.
Precisamente, la caja de compensación familiar, al ser actor clave en el deporte nacional, pasará este próximo miércoles 18 de enero, de ser escenario de formación deportiva a ser sede de los Premios Altius 2022 a lo Mejor de lo Nuestro, una noche de gala del Comité Olímpico Colombiano en el que se reconocerá a los atletas más destacados, durante el calendario deportivo del año anterior.
La ceremonia se realizará en el Gran Auditorio de Compensar donde se exaltará el esfuerzo de colombianos que han dejado una huella importante en los escenarios deportivos del mundo, teniendo en cuenta las postulaciones hechas por la Federaciones Deportivas Nacionales, en distintas categorías.
“Nos enorgullece ser la casa de esta premiación porque, al igual que los atletas que asistirán a la gala, nosotros también vivimos con pasión la fiesta del deporte y, desde que nacimos en el sector de las cajas de compensación hace 45 años, nos hemos esmerado para que millones de colombianos encuentren en Compensar la mejor opción para formarse en cualquier disciplina”, concluyó Rivadeneira.