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Topocoro, el paraíso escondido para avistar aves en Santander

El aviturismo es una actividad que cada vez tiene más fuerza en Colombia y en el área de influencia de Hidrosogamoso. Se trata de una forma de contemplar la vida silvestre, aportar a la conservación y al uso sostenible de la biodiversidad.

Más de 580 especies de aves hay en el área de influencia directa del embalse Topocoro y la Serranía de los Yariguíes, cifra que corresponde a más del 60% de la avifauna de Santander y casi el 30% de la de Colombia. Más sorprendente es que 400 de esas especies han sido registradas en el área de influencia directa de Topocoro, lo que sitúa esa zona con un gran potencial como destino para el aviturismo.

Con la recién sancionada Ley 2373 de 2024, que declara a Colombia como “País de las aves”, se busca promocionar la observación e identificación de estas especies en su hábitat natural sin capturarlas ni manipularlas.

Saltarín Rayado (Machaeropterus striolatus). Fernando Cáceres – Suministradas / Q’hubo

Luis Antonio Torres es un habitante del centro poblado Corintios, de la vereda Sogamoso, en  municipio de Betulia, que por años se ha dedicado a la guianza turística y al avistamiento de aves. Toda su escuela ha sido el saber popular. Él es una de las 60 personas que este año participó en el programa “Aviturismo comunitario Topocoro”, que lidera Isagen en convenio con Biótica Consultores Ltda.

Carpintero Bonito (Melanerpes pulcher). Fernando Cáceres – Suministradas / Q’hubo

Esta iniciativa ha permitido fortalecer habilidades y capacidades locales para el servicio de avistamiento de aves, emprendimientos, turismo comunitario sostenible y regenerativo (guianza y senderos que promueven la conservación), a través de talleres teóricos y prácticos, y recorridos de campo con cuatro comunidades: La Playa (Betulia) y pescadores asociados en Apetras, ambas aguas abajo del río Sogamoso; vereda Panorama (Lebrija) y veredas Corintios (Betulia) y Belmonte (Zapatoca), ubicadas en la Serranía de la Paz, explica Elkin Briceño, asesor de proyectos de Biótica Consultores.  

Trogón Coliblanco (Trogon chionurus). Fernando Cáceres – Suministradas / Q’hubo

Además, esta alianza se convierte en una alternativa económica para quienes se dedican a actividades productivas agropecuarias en la zona de Topocoro y una manera de fortalecer aquellos emprendimientos, como el de Luis Antonio. Él, como todos los participantes, recibió de Isagen diversos elementos de dotación para optimizar su labor.  

“Quiero invitar a todas las personas que deseen conocer especies de aves, a que nos visiten. A mis vecinos, que hay que cuidar la naturaleza porque es la vida de las aves y nosotros no debemos desplazarlas, sino sembrarles comida, para que las aves se mantengan en esta parte del embalse”, expresa este veterano pajarero. Para Luis  Antonio, “hay que seguir capacitándose porque lo que se aprende nunca hace estorbo y siempre nos hace falta; muchas gracias a Isagen que es el buen vecino y está demostrando que también quiere que la población surja”.

El “I Encuentro del Programa de Aviturismo Comunitario Topocoro” fue el evento de cierre de esta gran alianza. Fue un espacio de reflexión, conocimiento y análisis entre expertos y la comunidad, alrededor de un ejercicio de observación de la naturaleza, explica Diana Caballero, profesional ambiental biótica de Isagen.

Grupo de ‘Fam Trip’ de la Serranía de la Paz. Fernando Cáceres – Suministradas / Q’hubo

Además, se realizaron cuatro ‘Fam Trip’ (viaje de familiarización) encuentros en los que ornitólogos (expertos en aves), influencers, empresarios del turismo, comunidades del territorio, periodistas y otros invitados se encontraron para disfrutar de la experiencia de aviturismo comunitario en el embalse Topocoro. Y en uno de esos encuentros ocurrió lo más esperado: se observó una especie que no había sido registrada en el área. Así que el avistamiento del Jacamará Grande (Jacamerops aureus) es el segundo en Santander.

El vocero de Biótica Consultores expresó que el programa “es exitoso gracias al compromiso y participación constante de los grupos comunitarios. Ellos están comprometidos con una alternativa sustentable que, a su vez, es un negocio para ellos y con la conservación de estas especies”.  

Sin duda, uno de los componentes para que Topocoro se convierta en un destino altamente competitivo para  avistar  aves, es seguir fortaleciendo la formación de las comunidades para que desarrollen sus emprendimientos.  

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