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Educación en el campo, una herramienta para el desarrollo productivo

Más de 500 adultos dijeron sí y le apostaron a su bachillerato con la metodología SAT. De esta forma, también aprenden a formular y ejecutar proyectos productivos que les está mejorando su calidad de vida.

La educación transforma vidas. Así lo han podido experimentar 125 adultos de áreas rurales de Lebrija, Betulia, Puerto Wilches, Sabana de Torres, Barrancabermeja y San Vicente de Chucurí, quienes gracias a la alianza entre Isagen e Icproc hoy son bachilleres en Bienestar Rural – SAT.


Esta población hace parte de los más de 500 estudiantes que desde 2016 han sido atendidos de forma gratuita para formarse como bachilleres. Son hombres y mujeres, en su mayoría adultos (algunos de más de 60 años), que al cursar su educación secundaria han encontrado una gran posibilidad para mejorar su calidad de vida y la de sus comunidades.


La alianza entre Isagen y la Fundación Instituto Cristiano de Promoción Campesina, Icproc, que ya suma siete años, hace parte de los proyectos de gestión de sostenibilidad, que de manera voluntaria desarrolla la compañía con comunidades en el área de influencia de la Central Hidroeléctrica Sogamoso.


A través del trabajo social con las comunidades, profesionales de Isagen detectaron que algunos adultos solo habían estudiado la primaria o no habían terminado su educación secundaria. El impacto de no tener el título de bachiller se convirtió en una limitante para ellos, al no poder acceder a formación técnica y tecnológica para desarrollar proyectos productivos.


Si se avanzaba en lo educativo, se podría avanzar en lo productivo. Esto conllevó a Isagen a realizar la alianza con Icproc, en la que la compañía cubre desde la matrícula hasta los derechos de grado de cada estudiante.


“Sabemos que algunos adultos bachilleres se han trasladado a otras partes y han encontrado trabajos que les representan a ellos mejoramiento de su calidad de vida, porque ser bachilleres les ha habilitado otras posibilidades para temas laborales y también seguir creciendo en lo educativo”, explica Elizabeth Cadena Motta, profesional ambiental de Isagen.

El SAT y sus resultados
Icproc tiene una experiencia de 49 años en Santander formando bachilleres en Bienestar Rural con la metodología SAT o Sistema de Aprendizaje Tutorial, que surge con el fin de contribuir al progreso en las zonas rurales.


La metodología SAT es abierta y flexible, con clases semipresenciales y tutores de la misma zona impactada que atiende grupos de 25 o más alumnos. Esto hace posible que cualquier persona del campo tenga acceso a la educación secundaria. El SAT forma por ciclos o módulos y en tres años se cursan los seis grados.


Porque su población es la rural, el SAT se complementa con formación en proyectos productivos. “Las comunidades han aprendido a través de la metodología que los procesos educativos son la única herramienta para poder salir adelante a una vida profesional, y con las bondades de los proyectos productivos reconocemos que es una oportunidad para que nuestros estudiantes tengan soberanía alimentaria en su propio hogar y manejen una economía circular con los otros miembros de su curso”, explica Jairo Alberto Rave Fonnegra, director General de Icproc.


Entre 2021 y 2023, por ejemplo, Isagen ha apoyado 30 proyectos pedagógicos productivos en las siguientes líneas: cría de pollos (11), piscicultura (2), producción y comercialización de yuca (2), manualidades y artesanías (4), elaboración de lácteos (2), cultivo de caucho (1), postres (3), elaboración de comidas (4) y confección de ropa para bebé (1).


Estos proyectos tienen como centro de desarrollo la finca Grahinca, ubicada en San Vicente de Chucurí, aunque también los estudiantes pueden ejecutarlos desde sus casas, en sus fincas o parcelas, si lo que buscan es que este emprendimiento se fortalezca y trascienda el requisito exigido para graduarse.


“Esta es una apuesta a largo plazo de Isagen. Se trata de crear todas esas oportunidades en las comunidades para que crezcan y se puedan desarrollar en diferentes ámbitos. Hemos tenido experiencias muy bonitas porque ha habido señores y señoras de 60 o más años que quieren estudiar, entonces sacan su bachillerato y luego lo hacen sus familiares, la esposa, el esposo, los hijos… sin duda, es un aporte significativo para la gente”, puntualiza la vocera de Isagen.

Mercasueño es un espacio en el que cada estudiante comparte su proyecto productivo. Se trata de un mercado campesino en el que las familias y la comunidad en general participa y compra diversos productos.

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