Colombiano que se respete se sabe ganar sus pesos donde sea y de forma honrada; así le toque montar un puesto ambulante en la calle, lo hace. Para no sonar exagerados le contamos la historia de Deivinson Campo, un caucano de 37 años que se volvió viral esta semana en TikTok por vender mazorcas frente a la emblemática Torre Eiffel.
¿Cuánto tiempo lleva en París?
Hace un año llegué a París, pero al no encontrar trabajo me tocó mudarme a San Remo (Italia). Allí duré ocho meses y luego regresé a la Ciudad del Amor.
¿En verdad se gana la vida como vendedor ambulante?
Nosotros vendemos comida y una señora la prepara. A mí me dieron la oportunidad de vender frente a la Torre Eiffel, porque no es algo de todos los días, pues a nosotros nos saca la Policía. Solo nos dan un día para hacerlo y son los sábados o lunes, durante tres horas y ya.
¿Cómo ha sido la reacción de los turistas al verlo vender mazorca y morcillas?
La mazorca les ha gustado mucho a los europeos, pero la morcilla la compran más los latinos, porque para los europeos es algo muy raro.
¿Qué otros productos vende?
También vendemos tamales y este sábado salen las empanadas, pero esas las entregamos puerta a puerta, porque no nos las dejan vender en la calle.
¿De dónde obtienen la materia prima para prepararlos?
Gracias a Dios nos encontramos con la dueña de una carnicería que es colombiana. Ella nos guarda la sangre de los animales para hacer la rellena y nos da la materia prima para prepararla. Las hojas de los tamales se las compramos a ciertas personas, pero es muy costosa. La mazorca alguna viene de Colombia y la recogemos en el puerto.
¿Hasta cuándo planea quedarse en París?
Yo vine para alcanzar un sueño, que es comprar una casa y que mis hijos puedan estudiar. Mi idea, con la bendición de Dios, es volver a finales del otro año a mi país junto a mi familia.
Un ejemplo de superación…
Deivinson es oriundo de Balboa (Cauca). En Colombia se ganaba la vida como agricultor, campesino y maestro de construcción. Toda la vida se ha destacado por ser rebuscador. En Pereira vendió empanadas, pinchos y carne asada; pero también pasaba por Bogotá para comprar ropa en San Victorino y venderla en pueblos con un maletín al hombro. Sin conocer el idioma ni la cultura, dejó a su esposa y dos hijos para trabajar en Europa y en un futuro cercano regresar al país con un buen dinero.
“Mi intención siempre es salir adelante. Yo soy pa’ las que sea”, reiteró.
@deivinsoncampo0 ♬ sonido original – deivinsoncampo
