Días de angustiosa búsqueda y denuncias fallidas culminaron con el lamentable hallazgo del cuerpo sin vida de Gloria Valencia, de 45 años . Esta madre de dos hijas fue encontrada en la casa de su expareja sentimental donde vivió amenazada sus últimos días de vida en la localidad de Bosa.
Fue demasiado tarde cuando el Gaula y unidades de la policía entraron a la vivienda de un sujeto, identificado como A. Ovalle, ubicada en el barrio Palestina, en búsqueda de Gloria, quien hasta ese momento se encontraba desaparecida. Todo indicaba que la mujer se encontraba raptada por este sujeto.
Para cuando llegaron se encontraron con el cuerpo de Gloria con signos de estrangulamiento. Ya no había nada que hacer. La tarde del viernes salió de la casa donde hallaron a Gloria, el sujeto señalado de arrebatarle la vida.
Desaparición y hallazgo…
El pasado jueves 15 de septiembre una de las hijas de Gloria hizo pública una alerta de la desaparición de su madre. En la denuncia la joven aclaraba que el hoy capturado había raptado a su madre en vía pública:
“Mi madre salió a la 1:00 p.m a encontrarse con su pareja actual, iba vestida de buzo negro con letras doradas, jean claro y tenis negros. Después de varias horas de estar compartiendo con su pareja, ella decide venirse para la casa a las 5:00 p.m., alrededor de las 5:45 p.m. llaman a la pareja sentimental de mi madre y es el señor A. Ovalle, diciéndole que ella era la mujer de él y se escucha un grito de auxilio muy fuerte por parte de mi madre, al cabo de unos segundos cuelga el teléfono y nuevamente hace una videollamada, eso es lo último que sabemos de mi mamá”, dijo la hija de Gloria en la denuncia en redes sociales.
Pero también afirma la muchacha que su madre estaba en medio de un proceso con la Fiscalía, debido a que Ovalle ya había sido denunciado por agresiones y maltratos del pasado. Esto lo confirmó una amiga de Gloria, que le contó a Q’HUBO que “sabíamos que ella estaba en peligro y a la hija le dijeron que tenía que esperar 72 horas. Incluso, esa mañana ella había tenido una citación por ese mismo proceso y ahí fue que no volvió a aparecer”.
Fue tanta la impotencia de saber que Gloria estaba en manos de un sujeto con antecedentes de violencia, que la joven optó por acudir a las redes sociales y hacer público el caso de su madre para así dar con su paradero: “Hemos estado haciendo el debido proceso con todas las autoridades competentes, sin embargo, el resultado no es el más óptimo. Nos hemos comunicado con la familia de él pero no han hecho nada más que encubrirlo y obstruir la información que nos pueda ayudar con el paradero de mi mamá, por ello decidimos acudir a este medio”, se lee en la denuncia.
Por sus propios medios, y haciendo uso de aplicaciones digitales, la hija de Gloria pudo dar con la ubicación del barrio donde estaría su madre. Incluso, en la misma denuncia ella destaca que la última ubicación del celular de ella estaba en Palestina, Bosa.
Al final fue muy tarde y cuando llegaron a la Carrera 81G con Calle 69 Sur y entraron a la vivienda verde de tres pisos, fue que encontraron finalmente sin vida a Gloria.
Algunos vecinos comentaron que la vieron durante las horas que duró allí: “se le veía con la misma ropa y como asustada. En esa casa vivía ese tipo con sus papás. Pero era una persona distinguida por ser agresivo hasta con la propia familia”, narró a Q’HUBO una vecina.
Un amor enfermizo…
Un año duró la relación sentimental de Gloria y Ovalle. “Sabíamos que él se tornaba muy agresivo y celoso cuando ella tenía confianza con otra persona. Ella llevaba mes y medio saliendo con una nueva persona”, añadió su amiga.
Gloria era una mujer echada pa’ lante. Trabajaba como cajera en el Centro Comercial MetroCencosud, donde llevaba ya 9 años. Era habitante del barrio Tintalito (Kennedy), donde ahora hay luto por su muerte. “Era una mujer de admirar, guerrera, y sobre todo muy alegre, honesta y trabajadora”.
Pensando en este terrible caso de feminicidio, la amiga de Gloria cerró alentando a todas las mujeres víctimas de violencia de parte de sus parejas a denunciar y no guardar silencio nunca: “no podemos callar y al primer golpe o insulto debemos denunciar y alejarnos”.
