Desde hoy, los colombianos que vayan a realizar compras con tarjetas de crédito deberán tener en cuenta que estás resultarán más costosas. La Razón, la tasa de usura fue reajustada en 193 puntos o 1,93%, quedando para el mes de septiembre en 35,25%.
Así lo informó la Superintendencia Financiera, al resaltar que su vigencia será hasta el próximo 30 de septiembre y subrayó que este porcentaje será el máximo que se podrá cobrar por parte de una entidad bancaria.
Así la entidad financiera o cualquier otro prestamista que cobre una tasa mayor, incurrirá en el delito de usura que se castiga con cárcel en el país.
“Para los efectos de la norma sobre usura (Artículo 305 del Código Penal), puede incurrir en este delito el que reciba o cobre, directa o indirectamente, a cambio de préstamo de dinero o por concepto de venta de bienes o servicios a plazo, utilidad o ventaja que exceda en la mitad del Interés Bancario Corriente”, señala la Superfinanciera en un comunicado.
El incremento en la tasa de usura tiene que ver con que, como el Banco de la República aumentó la tasa de interés para frenar el consumo y de algún tratar de reducir la inflación, a los bancos les sale más caro el dinero y terminan trasladando ese sobrecosto a los clientes.
Cómo ajustar sus finanzas frente al alza de la tasa de usura
Andrés Moreno, experto financiero y bursátil, explicó que lo ideal es evitar los créditos de libre inversión y las tarjetas de crédito, más aún por los eventos que espera la economía para el primer semestre de 2023. “No busque hacer altos gastos y endeudarse más, teniendo en cuenta que septiembre es Amor y Amistad, octubre es Halloween, noviembre y diciembre son Navidad y enero son vacaciones. Lo preferible ahorrar los primeros meses para el gasto en diciembre”.
Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, agregó que, quienes no tengan otra opción más que endeudarse, por una o varias razones, utilicen el más corto plazo posible, para que no sume demasiado en intereses.
Ballén agregó que es recomendable evitar el uso de créditos en el consumo básico, como alimentos o viajes, además de que, de las opciones para el pedido de crédito, la tarjeta de crédito es la que cobra la tasa de interés más alta y estas están muy elevadas por la inflación y aumente de tasas del banco central.
“Si la persona necesita apalancarse con créditos lo mejor es tratar de pagarlos a corto plazo. Estos se vuelven un peligro cuando son de largo plazo y empieza a pagar varias cuotas. El problema cuando uno difiere muchas cuotas es que termina pagando cada año 35% más. Hay otras maneras de financiación aparte del sector financiero, como las libranzas. Sin embargo, más que pensar en deudas hay que hacerlo en ingresos, porque no es viable seguir manejando deudas o créditos rotativos”, concluyó Moreno.
También aconsejo buscar otros mecanismos de financiación que no estén atados a tasas de usura como los descuentos de libranza y los créditos hipotecarios, pero evitar los de mayor riesgo que son los de libre inversión y crédito.
“En conclusión, cada quien debe evaluar todas las opciones de endeudamiento y optar por la que le ofrezca una tasa más baja, teniendo en cuenta las reconvenciones que hablamos anteriormente” cerró Ballén.