En el momento en que los investigadores del CTI se encontraban envolviendo en una bolsa plástica el cadáver de José Moisés Niño Aldana, el sollozo de varias mujeres comenzó a escucharse a pocos metros.
A medida que se acercaban, con el rostro bañado en lágrimas y el corazón hecho pedazos intentaban asimilar que la persona que estaban subiendo al carro de criminalística era su ser querido.
A don José Moisés, quien minutos antes de su muerte había estado en el negocio de su hija departiendo con unos
conocidos, la muerte lo sorprendió mientras iba caminando hacia su casa, en medio de la penumbra de la madrugada de ayer.
En el barrio Caracolí (Ciudad Bolívar), lugar en donde se presentó ese homicidio, aseguran que don José no era una persona problemática, como tampoco tenía enemigos ni había recibido ningún tipo de amenaza, por lo que se les hace extraño que le hayan arrebatado la vida de semejante manera.
“La verdad es que no se escucharon gritos ni peleas. Solo hasta que llegó criminalística y la Policía fue cuando los vecinos nos dimos cuenta de que había ocurrido algo. Lo que pudimos escuchar es que el señor fue asesinado a
golpes, porque igual no se oyeron tiros ni nada”, le manifestó a Q’HUBO una residente de la zona.
De este hecho no hay ninguna persona capturada, como tampoco han recolectado los videos de las cámaras de seguridad que pudieran registrar el acto criminal del hombre de 50 años. No obstante, la única pista que hay sobre los responsables del crimen es que hayan sido unos sujetos con los que tuvo un altercado la víctima al interior del establecimiento.
Atroz ataque…
José Moisés llegó la noche del sábado a unas canchas de tejo que tiene su hija muy cerca a su casa. Se encontró con varios amigos y departió con ellos hasta las 2 de la madrugada de ayer. Luego de haber disfrutado la velada, se despidió y salió hacia su casa.
Sin embargo, no alcanzó a llegar porque sus verdugos lo siguieron hasta la Calle 77 sur con Carrera 75, lo abordaron
y comenzaron a golpearlo con piedras sin piedad, tanto así que terminaron arrebatándole la vida.
Alrededor del cadáver había varias piedras, y los golpes que presentaba en la cabeza de la víctima dan cuenta de la sevicia que tuvieron sus verdugos.
Presuntamente eran tres personas. “Yo escuché entre dormida un grito ahogado, pero no me asomé. A los cinco minutos miré por la ventana, porque ya había un silencio extraño y me di cuenta que estaba un señor tendido en la calle y no reaccionaba. Llame a la Policía y los oficiales llegaron a los pocos minutos. De una encintaron, porque el señor ya estaba muerto”, agregó un vecino.
La familia de Niño, llevada por un mal presagio a eso de las 3 de la madrugada (una hora después de que se presentara el asesinato), salió a buscarlo porque se le hizo extraño que José no llegara a su casa. En el camino que recorrió, y que tomaba su pariente, se encontró con las patrullas de la Policía y el carro del CTI. Todos entendieron que la pesadilla apenas empezaba.
