Postrada sobre una cama blanca de hospital completa tres días la señora Carmenza Garzón de Vázquez, una abuelita de 78 años que fue atropellada en un paradero de Sitp en el barrio Monteblanco (Usme). Un taxista la arrolló tras invadir la zona peatonal y la abandonó a merced del frío de la madrugada del domingo, sobre la Calle 94A sur con carrera 14.
El paradero del taxista sigue siendo desconocido y la familia ha pedido hasta el cansancio que aparezca para que responda por su imprudencia. La hija de Carmenza le contó a Q’HUBO cómo un ángel que vende tintos influyó para que la abuelita se salvara del accidente. Sin embargo, su recuperación cada día se complica aún más.
La omisión de socorro “Mi mamá se dirigía a tomar transporte porque se iba de viaje a Mesitas (Cundinamarca). Ella estaba a la orilla de la vía esperando el transporte, cuando un taxi invadió la acera don de ella estaba y la impactó. Iba
a alta velocidad, tanto que las placas son irreconocibles.
Tras el accidente mi madre quedó con una fractura en el brazo izquierdo y la pierna derecha. Se encuentra en estado delicado de salud, ya que no ha podido ser intervenida quirúrgicamente porque ella tiene un trombo en el pulmón”, relató Yolanda Vázquez, hija de la víctima.
Cuando Carmenza fue arrollada y el taxi se voló pasaron dos carros más al frente de la escena y siguieron derecho.
Un vendedor de tintos fue quien la auxilió.
“El señor era el único que salía a trabajar a esa hora y al verla en el suelo corrió a ayudarla. Llamó a la Policía y una
ambulancia, pero nada que llegaba entonces el señor vio que pasaba una, se le paró al frente y esta frenó, así fue como mi mamá llegó al Hospital de Meissen”, agregó la mujer.
En cuanto a las investigaciones, Yolanda comentó que “nos hemos sentido muy solos, nadie nos ha colaborado en
realidad. Todos los videos que hay los hemos recopilado nosotros mismos con la familia, no ha habido compañamiento
y como los investigadores van a salir de vacaciones, quedamos en las mismas”, señaló.
Y concluyó: “a las personas que estuvieron presentes les pedimos que nos colaboren a encontrar al taxista. Yo sé que
son un gremio, pero yo me pregunto: ¿cómo es posible que una persona atropelle a otra y se dé a la fuga con la sangre tan fría? Solo pedimos cualquier información que nos puede ser útil. Lo que nos duele es que la justicia nos haya desamparado”.