Los hechos ocurrieron, según la Fiscalía, el 19 de abril de 2016 cuando el menor, que residía en la zona rural de la capital tolimense, se calzó una bota donde estaba alojado el alacrán, por lo que fue llevado inmediatamente al centro asistencial, donde Gutiérrez Castillo solo ordenó que le fuera puesto suero con medicamentos para el dolor y no el antídoto.
El menor continuó enfermo durante cuatro horas, hasta que otro médico que acababa de llegar de turno lo revisó y, al ver su grave estado de salud, ordenó la aplicación del antídoto.
Sin embargo, según la Fiscalía, el menor presentó una reacción adversa y fue remitido de urgencia a un hospital local a la unidad de cuidados intensivos, donde finalmente murió el 21 de abril por un paro cardiorrespiratorio.
Esta segunda instancia confirma la decisión de un juzgado del circuito de Ibagué que en mayo de este año halló penalmente responsable a Gutiérrez Castillo, por no haber iniciado a tiempo el tratamiento.