“Desde los años 60 del siglo anterior los tratados internacionales aceptaron el uso medicinal y científico de drogas ilegales. Para la industria del cannabis Colombia no habría necesitado la ley, que se convirtió en agitación para vender el consumo recreativo. Y no van bien los países que lo han adoptado. Crece la degradación de personas que consumen, las familias disfuncionales y la violencia”, señaló en su comentario.
Estima Uribe que además es común que a nivel internacional encontrar que un alto porcentaje de autores de violencia proceden bajo el efecto de las drogas o en combinación con licores. “Los hechos muestran que la marihuana conduce a usar otras drogas y que la venta legal también aumenta los mercados ilegales y la violencia. Los consumidores llegan a reconocer su afectación física y psicológica. El consumidor va pasando de lo esporádico al vicio insuperable”.
Señala además que “el consumo no es libre desarrollo de la personalidad, es camino a la pérdida de la libertad. Es correcto no criminalizar el consumo, el ministro Molano hace un esfuerzo para desmantelar casas de distribución y ojalá avance el decomiso de cualquier dosis”.
Señala que si bien hay buenos avances educativos, se necesitan más, como por ejemplo “masificar la doble titulación de bachilleres y su introducción a la programación digital; el apoyo al empleo juvenil que ya se va viendo; los programas de emprendimiento apoyados por universidades y Gobierno; la ampliación del aprendizaje remunerado, etc”.
Considera que la economía naranja del gobierno Duque y el programa CoCrea “pueden dar un gran salto, están los estímulos tributarios, la institucionalidad pública y la disposición del sector privado. Y la capacidad de nuestros jóvenes que convierten un grafiti en un mural con toda la fuerza del lenguaje artístico. Y la imaginación de las innovaciones tecnológicas”.