Día tras día, los grupos armados ilegales siguen mostrando su poder en la zona rural de Cúcuta. Así quedó demostrado ayer, al mediodía, cuando fue atacada una caravana de la Policía Metropolitana (Mecuc) que se dirigía hacia el corregimiento Palmarito.
Al paso de los vehículos oficiales, fue activado un artefacto explosivo y luego vinieron algunas ráfagas de fusil, contó un habitante de este sector que colinda con Puerto Santander.
El ataque que se registró metros más adelante del paso elevado que está en el sector Puente León, volvió a provocar pánico entre la comunidad de esa zona, que desde diciembre del año pasado ha venido soportando la arremetida de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc) y el Eln, quienes mantienen una guerra por el control del territorio.
“Esto cada día se pone más feo, ya no sabemos qué hacer. La población civil siempre queda en la mitad de esas confrontaciones y el Gobierno sigue creyendo que esto se soluciona solo con enviar Fuerza Pública”, señaló un campesino de ese lugar.
El ataque dejó al patrullero Alex Rincón Gallo, adscrito a la Seccional de Inteligencia Policial de la Mecuc, con aturdimiento, que le afectó los oídos y la cara, sin embargo, no presentó ninguna gravedad.
Cuando el ataque armado se detuvo, los policías capturaron a un hombre que estaba escondido alrededor del lugar portando una pistola.
“Tendrá que ser imputado por porte ilegal de armas, terrorismo, ataque contra servidor público y tentativa de homicidio”, explicó una fuente judicial.
El general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, dijo que la caravana que fue atacada se dirigía hacia Palmarito, “para garantizar la seguridad de la población de esta zona”.
Asimismo, el oficial resaltó que se adelantan las investigaciones correspondientes y que se tomarán las medidas necesarias para contrarrestar estos hechos, pero no quiso atribuirle a ningún grupo armado ilegal lo sucedido, pues prefiere esperar los resultados de las pesquisas.
En medio de un conflicto
Lo sucedido ayer, según algunos habitantes de esa zona, sigue demostrando que los ilegales imponen sus leyes y que no permitirán que les acaben el imperio que han construido durante este año.
Desde hace dos años, cuando el Eln decidió tomarse ese territorio que estaban ‘gobernando’ Los Rastrojos, el orden público en la zona rural de Cúcuta se alteró, dejando muertes, desplazamientos, desapariciones y atentados contra la Fuerza Pública.
El fin de semana, fue asesinado un líder comunal y un hombre que lo acompañaba, los responsables serían los gaitanistas.
Eliécer Sánchez Cáceres, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de Banco de Arena y Hernando Sogamoso fueron las víctimas más recientes.
El doble homicidio ocurrió cuando las víctimas iban a en encuentro con una organización internacional que adelanta un plan para evitar el reclutamiento de menores de edad en zonas de conflicto.
Otras personas que también iban con sus hijos para esa reunión, que sería cerca de Palmarito, se salvaron de morir, porque al escuchar los disparos, se detuvieron y se devolvieron para sus casas.
Este hecho de sangre desencadenó también el desplazamiento de cuarenta personas que habitan en esta zona de Banco de Arena y Palmarito, por lo que la Policía decidió enviar el refuerzo de uniformados para este lugar, cuando ocurrió el reciente ataque con explosivos, la tarde de ayer.
Están ‘secuestrados’ en sus casas
Habitantes de esa zona también afirmaron que se sienten ‘secuestrados’ en sus poblaciones. “Acá quienes imponen las leyes son los grupos armados ilegales. Por lo menos, los gaitanistas ya sacaron un toque de queda, donde no quieren ver a nadie en la calle ni con las puertas abiertas de sus casas, después de las 6:00 de la tarde”, señaló un labriego.
Añadió: “lo peor de todo, es que usted ve cuando los paracos pasan por Banco de Arena, La Punta o Palmarito en motos y armados, ni la Policía ni el Ejército hace algo para detenerlos. Muchos de los asesinatos se han dado a menos de 200 metros de la estación de Policía, donde se la pasan los militares y usted cree que ellos salen a verificar qué pasó. Nada”.
Allí, las personas tienen claro que si hablan más de la cuenta se convierten en objetivo militar de los gaitanistas.