De acuerdo con el testimonio de su hermana, Rubén Darío se encontraba sentado en una esquina escuchando la novena cuando fue señalado por un grupo de personas de tocar a una menor. Algunos también lo acusaron de intentar robar un buñuelo, un señalamiento que la familia considera infundado. A raíz de estas acusaciones, decenas de personas lo atacaron con golpes y objetos contundentes.
La familia señala que los videos captados por las cámaras de seguridad muestran con claridad cómo ocurrió la agresión y quiénes participaron en ella. “Los videos son muy claros, se ve quiénes son los verdaderos culpables de este ataque”, afirmó su hermana.
Rubén Darío fue recogido por una patrulla de la Policía, pero los uniformados no lograron contener a la multitud, que siguió golpeándolo incluso después de su intervención. Posteriormente, fue trasladado al centro de salud Diana Turbay, donde, según la familia, se minimizó la gravedad de sus lesiones. “En el centro médico solo dijeron que tenía un golpe en el labio, pero él tenía lesiones graves en la cabeza y la cara. Fue terrible”, denunciaron.
Una muerte que pudo evitarse
La familia de Rubén Darío también cuestiona el proceder de la Policía. “La Policía lo baja en la casa y no nos da ninguna explicación. Ellos solamente nos dicen: ‘Bajen a su hermano de la patrulla, ingrésenlo y no salgan’. La Policía está para protegernos, debieron llevarlo a otro centro de salud y no dejarlo en la casa”, declaró la mujer. Allí, uno de sus hermanos intentó prestarle primeros auxilios, pero Rubén ya presentaba signos de gravedad, como la mitad de su cuerpo frío y constantes quejas de un intenso dolor de cabeza.
“Mi hermano murió entre las 12:30 y la 1:30 de la madrugada. No pudo hablar ni explicar lo que había pasado porque los golpes lo dejaron inconsciente”, señaló la hermana del hombre.
La familia asegura desconocer el número exacto de agresores, pero sostiene que las imágenes de los videos identifican a varias personas, incluida una mujer joven. “Es una cantidad enorme de gente. No sabemos cuántos fueron, pero necesitamos que las autoridades investiguen y que los responsables paguen por lo que le hicieron a mi hermano”, expresó.
“Nadie merece morir así”
La hermana de Rubén agregó que la madre de la niña no interpuso “ninguna denuncia porque no vio nada” y que según los videos recopilados por la Sijín, se descarta el caso de tocamientos hacia la menor de edad, ya que no hay evidencia que lo sustente.
En un llamado final, los familiares de Rubén Darío pidieron a la comunidad reflexionar sobre lo ocurrido y evitar tomar justicia por mano propia. “Mi hermano era una persona trabajadora, vendía Bon Ice, bolsas de basura y mermelada. Tenía una discapacidad mental, pero siempre trataba de salir adelante. Nadie merece morir de esta forma, y menos por acusaciones que no están claras. Solo queremos justicia, que los responsables paguen y que esto no vuelva a sucederle a nadie más”.