El asesinato de Miguel Ángel López, dueño de la Funeraria San Miguel, junto a su esposa, Zulay Durán Pacheco, y su hijo de tan solo nueve meses, ha conmocionado a la comunidad de Tibú, en Norte de Santander. La tragedia ocurrió cuando la familia viajaba en el vehículo fúnebre que Miguel utilizaba para realizar su trabajo.
En medio de la investigación para esclarecer los móviles de la masacre, salió a la luz un video donde López habla sobre su labor como embalsamador en una región marcada por el conflicto armado y la violencia de grupos ilegales.
En este video, realizado hace aproximadamente cuatro meses por el canal ‘Realidades’, Miguel Ángel López reflexionó sobre su trabajo en un territorio donde los enfrentamientos entre grupos armados, el narcotráfico y la presencia del Ejército convierten la muerte en un negocio habitual. “Yo recibo la muerte con las manos abiertas” es la oración con la que Miguel Ángel introduce su profesión en el video.
López mencionó que, a lo largo de su carrera, preparó cerca de 500 cuerpos y expresó su respeto por los fallecidos, sin importar su origen. Sin embargo, también manifestó su incomodidad al tener que vender ataúdes para niños, un aspecto emocionalmente difícil en su labor. El video también presenta tomas grabadas en el mismo vehículo fúnebre en el que se transportaba con su familia al momento de la masacre.
El conflicto armado en Colombia, aunque devastador, se convirtió en la principal fuente de trabajo para López, quien realizaba levantamientos de cadáveres en zonas tan peligrosas que ni las autoridades se atrevían a ingresar.
Lo más impactante es que, cuatro meses antes de su muerte, López confesó cómo deseaba ser despedido en caso de fallecer. Sorprendentemente, manifestó que no quería ser enterrado, sino cremado, una declaración que resultó premonitoria, pues terminó siendo asesinado junto a su familia. Adicional a esto, menciona que su carro tenía de apodo “el último paseo”, otra coincidencia aterradora con las condiciones de su fallecimiento.
La masacre, que tuvo lugar en el vehículo fúnebre con el que Miguel Ángel transportaba cadáveres, es una de las tantas tragedias que azotan a la región del Catatumbo, conocida por su violencia y la presencia de grupos armados como el ELN, las disidencias de las Farc, el EPL y Clan del Golfo, entre otros. Aquí puede ver el documental.
Aunque las autoridades aún no han confirmado quiénes son los responsables. Las primeras hipótesis apuntan a que Miguel y su familia fueron asesinados por uno de los grupos armados con fuerte influencia en la zona, los cuales tienen restringido el tránsito de automotores a altas horas de la noche, momento en que se cometió el crimen.
Por ahora, se continúa con la investigación para dar con los responsables de este brutal crimen que ha dejado una huella profunda en la comunidad de Tibú y en Colombia en general. La tragedia de esta familia refleja no solo la violencia que se vive en la región, sino también el trabajo doloroso y arriesgado de aquellos que se ven forzados a convivir con la muerte en un contexto de conflicto armado.
