Eran las 2:30 de la tarde de este lunes 23 de diciembre cuando vecinos y transeúntes del barrio El Socorro escucharon los disparos que hizo un sujeto como parrillero en moto. Un hombre, de 66 años, resultó como víctima en ese indiscriminado ataque.
En cuestión de segundos, testigos se acercaron al hombre baleado en un intento fallido por ayudarlo. Mientras, el pistolero y su cómplice huían con rumbo desconocido sin que alguno de los presentes les siguiera la pista. Poco después, al lugar llegaron uniformados de la Policía Metropolitana de Cartagena.
En un comunicado oficial, la institución confirmó que el hombre asesinado en la tarde de este lunes respondía al nombre de Roberto Ramos Suárez, de 66 años.
“Manifestó la comunidad que la víctima transitaba cerca a una tienda de abarrotes del sector, se acercaron dos particulares en una motocicleta, el parrillero desenfundó un arma de fuego y atentó contra la humanidad del señor Roberto”, precisó la Mecar.
Según los patrulleros que atendieron el crimen, la víctima quedó sin vida en el mismo sitio del ataque a bala indiscriminado, al lado del panfleto que le dejaron. Las graves heridas con las que quedó hicieron que la ayuda que recibió resultara insuficiente. Su cuerpo será trasladado a la morgue de Medicina Legal.
Este sicariato en El Socorro vuelve a encender las alarmas sobre los hechos sangrientos en la ciudad. Las autoridades deberán investigar ahora para esclarecer quiénes estuvieron detrás del ataque y los motivos por los que lo hicieron. Hasta el momento, no hay nada confirmado, solo que la víctima tenía una anotación judicial por el delito de constreñimiento ilegal, por hechos ocurridos en el 2010.
“La Policía Nacional en esta región del país solicita información a la ciudadanía con el fin de dar con la captura de los responsables de este lamentable hecho”, anota la institución.
Dos homicidios en El Socorro, en tres días
El sábado, a eso de las 11 de la mañana, ocurrió el atentado contra Roberto Díaz González en esa misma zona, en momentos en que el conductor estacionaba en una esquina el carro de marca Renault, de color vino tinto y de placas MKV-619.
Las versiones de los testigos indican que los dos sicarios en moto se acercaron al automóvil y uno de ellos, el parrillero, le disparó a su víctima a quemarropa y sin mediar palabras.
Tres proyectiles atravesaron la ventana del puesto del conductor, provocándole la muerte en el acto a Díaz González. Su cuerpo quedó en el asiento del conductor, vistiendo un suéter negro y con gafas aún puestas.
