En una clínica de Montería falleció la noche del pasado, 19 de noviembre, Kelly Jhoana Antequera Hernández, quien permaneció 14 días en una unidad de cuidados intensivos tras ser víctima de un ataque armado en Sincelejo.
El atentado ocurrió el pasado 5 de noviembre en la invasión Los Campanos, en límites con el barrio Uribe-Uribe, al sur de la capital sucreña.
La gravedad de sus heridas obligó al equipo médico a trasladarla a una clínica de mayor nivel en Montería, donde finalmente no logró superar las complicaciones derivadas de los tres impactos de bala que recibió. Según relataron familiares, Kelly Jhoana fue atacada cuando salía de su vivienda para observar una obra en construcción cercana.
Antequera Hernández, oriunda de Sucre, tenía antecedentes judiciales por tráfico de drogas y extorsión. Otros reportes afirmaron que la occisa pertenecía a la banda criminal ‘Los Sansón’ que se dedicaban a la venta de estupefacientes en Sincelejo. En marzo de este año, fue capturada junto a dos personas más en un operativo en el barrio El Progreso, también en Sincelejo, en el que las autoridades les incautaron sustancias alucinógenas, armas de fuego y municiones.
El lugar donde fue atacada está próximo al barrio donde se efectuó aquel operativo policial. Las autoridades no han descartado que su muerte esté relacionada con esos hechos, mientras avanzan las investigaciones para esclarecer el ataque y dar con los responsables.
Este caso se suma a una preocupante cifra de violencia en el departamento de Sucre, donde en lo corrido del año se han registrado 159 asesinatos, 53 de ellos en Sincelejo. La muerte de Kelly Jhoana pone de nuevo en evidencia la vulnerabilidad de los sectores más golpeados por la criminalidad y la urgencia de reforzar las estrategias de seguridad.