Los abusos sufridos por la politóloga Karol Solís han generado indignación y un nuevo llamado a la defensa de los derechos civiles. El 16 de septiembre la mujer denunció que fue víctima de acoso sexual por una patrullera de la Policía Nacional durante un operativo en el peaje Papiros, en el municipio de Puerto Colombia, Atlántico.
Según su relato, la uniformada la tocó indebidamente y la forzó a subir a una patrulla cuando ejercía su derecho a la protesta en contra del cobro del peaje. Todo esto quedó registrado en un video que se viralizó en redes sociales y luego, la mujer publicó su testimonio.
“Tocó mi vagina y pellizcaba mis glúteos para obligarme a entrar al vehículo”. En el video de la agresión la mujer grita desesperada: “¡Me están agarrando, la policía me pellizca, la policía me está agarrando mis partes íntimas!”. Ante estas imágenes, un uniformado intentó cubrir la escena, obstaculizando a la persona que filmaba, en un intento por evitar que se registrara el momento.
Lejos de quedarse en silencio, Karol Solís volvió al lugar de los hechos para alzar su voz contra lo que considera un abuso de poder y una violación de sus derechos fundamentales.
Sin embargo, su retorno al peaje Papiros fue nuevamente vigilado por efectivos de la Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), el antiguo Esmad. En medio de un ambiente tenso, la politóloga reclamó a las autoridades su accionar y exigió respuestas tanto al presidente Gustavo Petro como a los uniformados presentes.
“Estoy harta de que en esta maldita ciudad y en este departamento no tengamos derecho. Presidente, ¿por qué, si aquí votamos por este gobierno del cambio, se nos envía al Esmad para ejercer violencia ilegítima del Estado?”, cuestionó la presunta víctima.
Un subintendente que se encontraba en el lugar, le preguntó por qué se estaba violentando su derecho a la protesta pacífica, un derecho reconocido por la Corte Constitucional. “No nos vamos a rendir. Y me da mucha pena, pero lo volveré a hacer, porque es mi derecho, y estoy harta de vivir sin derechos”, concluyó.
La presencia de la Undmo no fue casual. Solís aseguró que, en su anterior visita al peaje, las autoridades le quitaron el teléfono a un manifestante y golpearon a algunos de los presentes.
La politóloga describió cómo más de 40 agentes llegaron al lugar, generando una sensación de inseguridad entre los manifestantes. “Nos van a masacrar en Papiros”, advirtió en sus redes sociales.La protesta se tornó aún más caótica cuando la politóloga fue rodeada por varios uniformados.
En un video se le ve intentando dialogar con las autoridades, rodeada de ciudadanos y agentes de derechos humanos que intentaban protegerla. “La vida en Colombia no vale nada”, escribió después en su cuenta de X, denunciando la situación de violencia y abandono que, según ella, se vive en el Atlántico. “No importa en qué gobierno leas esto. El Atlántico es tierra de nadie, territorio mafioso y sin derechos”.
Las acusaciones de Karol Solís reavivó el debate sobre la violencia institucional y el derecho a la protesta en Colombia, temas que, a pesar de los cambios prometidos, siguen siendo motivo de preocupación y denuncia entre la ciudadanía.