El presidente de Colombia, Gustavo Petro, retomó la idea que lanzó en abril del año pasado en la que propuso que el Banco de la República emita dinero para reparar a las víctimas del conflicto.
El mandatario se refirió a la alerta de la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, en la que advirtió que se necesitan $334 billones para reparar a las víctimas del conflicto armado en Colombia desde ahora y hasta 2031.
Petro dijo que con los $2 billones anuales que se destinan del Presupuesto General de la Nación en los programas de reparación, el Estado se tardaría 150 años en terminar.
Por eso aseguró en su cuenta de X que “es necesario emitir dinero por parte del Banco de la República. Alguna vez lo propuse en medio de la burla ignorante en el periodismo y la derecha. El cupo de emisión anual que realiza el Banco de la República debería, en efectivo o bonos, dirigirse en primera instancia al largo listado de las víctimas de la violencia en Colombia”.
Agregó que las emisiones del banco central no se pasarían al sistema financiero, sino directamente a las víctimas de la violencia. Estos giros directos de dinero omitirían el paso por los bancos por un tiempo que estimó el mandatario entre 10 a 15 años.
Tras la publicación de Petro, rápidamente se expresó el rector de la Universidad EIA y exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, quién aseguró que “esta es una muy mala idea, además de casi inviable. La emisión vía crédito sería por unanimidad en el Banco de la República, según la constitución y la ley y no es una buena práctica, porque supedita la política monetaria a la fiscal, genera pérdida de credibilidad financiera internacional y hace mas costoso o inviable la deuda”.
El presidente Petro también contestó esta publicación y dijo que no se refirió a una emisión vía crédito al Gobierno, sino a una “emisión pura y simple del Banco de la República, como la que hace todos los años, pero que en vez de pasar como transferencia a los bancos pase como transferencia a las víctimas”.
Añadió que las transferencias se harían directamente a las cuentas de ahorro de los beneficiarios, para que el sistema financiero no se quede sin liquidez.
