Quince minutos antes de que el reloj marcara las 8:00 de la mañana de ayer, al CAI Colón ubicado en el parque La Victoria, en la avenida 3 entre calles 12 y 13, del barrio La Playa, comenzaron a llegar las patrullas para el cambio de turno.
Entre los que arribaron estaban el patrullero Jhoao Carlos Navarro Carreño y un suboficial que lo acompañaba, quienes entregarían todo para que la otra unidad saliera a su recorrido.
Estando en esa transición –según testigos- el compañero de Navarro Carreño habría sacado su pistola de dotación, la cual estaba cargada, y la dejó sobre un pequeño mesón que hay en el CAI.
Supuestamente, Jhoao Carlos, de 32 años, habría agarrado el arma y comenzó a manipularla, en ese momento el otro miembro de la Policía le dijo que se quedara quieto porque estaba lista para ser disparada y que se podría registrar un accidente.
Según una fuente judicial, el patrullero habría contestado: “vamos a ver si es cierto”, poniéndosela en la cabeza, detrás de la oreja. Pero lamentablemente, la pistola se accionó, propinándose un balazo a quemarropa.
Tras la detonación, el uniformado cayó al piso, agonizante, y su compañero trató de reportar lo sucedido por el radio de comunicaciones, pero los nervios no se lo permitieron y solamente alcanzó a decir que en el CAI había pasado algo grave.
Rápidamente otros uniformados que llegaron al lugar, auxiliaron a Jhoao Carlos Navarro y en un taxi lo trasladaron a la Unidad Básica Leones, en el barrio Puente Barco, pero por la gravedad de la herida lo remitieron a una clínica, donde permaneció varias horas bajo atención médica y falleció.
La inspección técnica
Cuando el coronel William Quintero, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), se enteró de lo sucedido, de inmediato se trasladó al sitio con un grupo de oficiales e investigadores.
El oficial ordenó que no movieran nada de la escena y que arribara la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para que se encargara de la inspección técnica, mientras que otros investigadores se encargaban de entrevistar a los uniformados que fueron testigos del hecho.
Fue así que hacia las 11:00 de la mañana, la diligencia judicial terminó y los peritos forenses se llevaron varias cosas, entre esas el arma con la que se pegó el tiro el patrullero y la que él tenía de dotación.
Por ahora, la Fiscalía asumirá la investigación y será la encargada de determinar si se trató de una mala manipulación del arma o si se podría tratar de un suicidio.
Buenos recuerdos
Amigos de Jhoao Navarro Carreño aseguraron que él era una excelente persona, que le gustaba estar haciendo bromas y que jamás vieron un comportamiento que llegara a pensarse que podría tomar la decisión equivocada de acabar con su vida.
Además, el patrullero llevaba 4 años y dos meses en el CAI Colón, y los demás agentes adscritos allí nunca tuvieron una queja sobre él.
Los familiares les dijeron a las autoridades que Navarro Carreño no tenía problemas y que en el tiempo libre iba al gimnasio.