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Michael Leguizamón, el feminicida de Estefanía Franco, murió electrocutado

Por este hombre la Policía de Bogotá ofrecía una recompensa de hasta 20 millones de pesos, también había sido incluido en el cártel de los delincuentes más buscados.

Michael Leguizamón, pareja y presunto asesino de la joven Estefanía Franco durante el pasado Día de la Madre en el municipio de Soacha, Cundinamarca, y de cuyo paradero no se sabía nada desde el crimen, fue encontrado muerto.

El cadáver del hombre, señalado de asesinar a su pareja de 29 años delante de sus dos hijas el pasado 12 de mayo, fue hallado en la sede de Medicina Legal de Bogotá, luego de que la institución publicara un listado con las identidades de los cuerpos que allí se encuentran.

Según el reporte de Medicina Legal, se trata de un hombre de 32 años que ingresó a la entidad el viernes 17 de mayo de 2024, cinco días después del feminicidio y solo unas horas más tarde de que la Policía ofreciera una recompensa de hasta $20 millones por su paradero.

Luis Gómez, hermano de Estefanía Franco y quien había denunciado a través de redes sociales a Michael, publicó el reporte de Medicina Legal que confirma la muerte del sospechoso y un pantallazo de WhatsApp en el cual le confirmarían las razones de su deceso.

El hombre habría muerto, según la publicación de Gómez, tras quedar pegado en una cerca eléctrica, la cual le generó una serie de quemaduras. “Por la gravedad de las heridas le dio un paro cardiaco”.

Michael Leguizamón era el principal sospechoso del crimen de Estefanía Franco, registrado el 12 de mayo en Soacha. Tras la celebración del Día de la Madre, la pareja regresó a su vivienda en el conjunto La Alegría IV, ubicado en el barrio Prado Vegas del municipio.

En la intimidad de su hogar y bajo los efectos del alcohol, la pareja habría iniciado una discusión que terminó en una brutal agresión del hombre contra la mujer, que alcanzó a ser remitida a un centro asistencial, al que llegó sin signos vitales.

Tras conocerse el hecho circularon videos de cámaras de seguridad del conjunto donde vivían y en los que se observa salir a Leguizamón a las 2:40 de la mañana en calma y vistiendo la misma ropa con la que había ingresado con su pareja. Desde ese momento no se sabía nada de su paradero.

Según relatos cercanos a la víctima, la relación entre Estefanía y su agresor se caracterizaba por la violencia y la amenaza constante. El padre de la mujer le contó a Blu Radio, que “era una relación muy tormentosa. Ellos se separaban por un tiempo, volvían, él la agredía, la mantenía amenazada”. Esta situación, según el familiar, nunca fue denunciada ante las autoridades.

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