Durante las protestas del jueves 2 de mayo en la Universidad Nacional sede Bogotá, se reportaron disturbios que involucraron a un grupo de encapuchados.
El motivo de las protestas se relaciona con la posesión del rector electo José Ismael Peña, quien se posesionó en una notaría sin la firma de la ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa, generando inconformidades y manifestaciones en la institución educativa.
El secretario de Seguridad de Bogotá, César Restrepo, informó que recibieron información de la seguridad de la universidad sobre los ataques a los celadores, incluyendo la obligación de ingerir gasolina. Además, se reportó la extracción de combustible de vehículos estacionados para la fabricación de bombas molotov.
“Tenemos información que nos brindaron desde la propia seguridad de la universidad, con lo cual ciudadanos que trabajan como vigilantes dentro de la institución educativa fueron atacados por los encapuchados. Incluso hay información de que podrían haberlos puesto a tomar gasolina”, comentó el funcionario.
Sobre ello, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, condenó estos actos y mencionó que algunos de los manifestantes han llevado sus acciones más allá de la protesta legítima, convirtiéndose en actos delictivos que afectan a la ciudad.
De momento, la posesión de Ismael Peña como nuevo rector de la Universidad Nacional no solo sigue generando inconformidad entre los estudiantes, sino que incluso genera desconfianza en el alto Gobierno.
Aunque la Fuerza Pública no puede intervenir directamente en las universidades públicas debido a la autonomía universitaria, se ha iniciado una investigación para identificar a los responsables de estos hechos.
La ministra de Educación, Aurora Vergara, también ha solicitado una acción de tutela para verificar la legalidad de la elección del nuevo rector.
