Cúcuta, Norte de Santander, lamentan la pérdida de José Francisco Guerrero, quien falleció tras pasar varios meses de luchado por su vida después de sufrir un ataque a bala en su lugar de trabajo.
Desde el pasado jueves, 25 de enero, José Francisco permanecía internado en un centro asistencial de la ciudad, a donde llegó tras recibir cinco impactos de bala, en medio de un atentado sicarial.
“Los cinco disparos que él recibió, lo dejaron en muy mal estado. Yo hacía todo para que él estuviera bien, porque no se podía mover solo”, dijo a La Opinión la esposa de José Francisco.
Durante dos meses y 19 días tanto los médicos como la esposa de la víctima hicieron todo lo posible por ayudarlo, sin embargo en los últimos días la salud José Francisco se deterioró y el pasado sábado, 13 de abril, falleció.
En ese lapso, según la esposa, a José Francisco los médicos le practicaron al menos nueve cirugías para intentar salvarlo. Las balas causaron graves daños en varios de sus órganos.
El ataque
El pasado 25 de enero, cuando José Guerrero cumplía con su labor como guarda de seguridad en una trituradora que está ubicada por el Anillo Vial Oriental, cerca al puente García Herreros, un hombre interrumpió su jornada laboral a disparos.
A las 3:00 de la tarde, dos hombres en una moto Suzuki GN llegaron hasta el portón donde estaba el vigilante. El hombre que iba de parrillero se bajó y sin quitarse el casco se le acercó a Guerrero.
En cuestión de minutos, le dijo unas palabras al guarda de seguridad y mientras le entregaba un papel, le disparó. Sin parecerle suficiente, mientras Guerrero caía herido al piso, el delincuente continuó atacándolo hasta llegar a la moto y subirse para fugarse de la escena. Pero todo quedó registrado en una de las cámaras de seguridad que tiene la empresa.
Rápidamente, los demás trabajadores que estaban en el lugar auxiliaron al hombre, llevándolo hasta un centro asistencial.
‘Era muy trabajador’
José Guerrero y su esposa llevaban siete años de casados, prometiéndose estar en las buenas y malas, como finalmente tuvo desenlace su amor.
Según la mujer, siempre estuvieron unidos para afrontar toda adversidad y así fue hasta el lecho de su muerte.
Del hombre, que llevaba 24 años siendo vigilante, la mujer aseguró no tener quejas, tan solo agradecimientos, pues disfrutó de sus alegrías y de la tranquilidad que le transmitió todo el tiempo.
José Francisco cumplía 10 años sirviendo a la empresa de vigilancia, por lo que ya era reconocido. “Él era un muy buen guarda de seguridad, muy tranquilo y trabajador”, manifestó la mujer.
Sin embargo, ella no niega el dolor que le causa saber que su amado fue una víctima más de las bandas y estructuras delincuenciales, que siguen queriendo atormentar a empresarios y familias, con sus hechos de sangre.
