De los tres hermanos Calderón Beltrán que ayer caminaban por la calle 19 entre avenidas 52 y 53, del barrio Antonia Santos, solo uno se salvó de ser asesinado y gracias a que alcanzó a correr y esconderse, burlando la acción de los pistoleros.
Tristemente, Evaristo Javier y José Gregorio no tuvieron la misma suerte, a pesar de que trataron de correr, los cuatro hombres que se movilizaban en dos motocicletas los interceptaron y asesinaron de varios disparos.
Mientras que el cadáver de uno de ellos quedó tendido en la mitad de la calle 19 con avenida 52, el otro llegó al Policlínico de Atalaya, donde fue llevado por las autoridades para ver si los médicos podían hacer algo, pero el esfuerzo fue en vano.
Y es que, según conocieron las autoridades, los tres hombres habían sido amenazados hace varios días, cuando unos desconocidos llegaron a su casa, ubicada en una de las partes altas de ese barrio de la ciudadela Juan Atalaya, y trataron de quemarla.
“Se cree que un problema por drogas provocó este doble homicidio, pero se está investigando para tener mucho más detalles”, comentó una fuente judicial.
Ahora, los investigadores de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) tendrán que establecer quiénes estarían detrás de este nuevo hecho violento que enluta a otra familia en Cúcuta.
Cómo se dio el doble asesinato
A la 1:50 de la tarde, en ese punto de Antonia Santos, los habitantes escucharon las detonaciones de varios disparos y luego el ruido que hacen las motocicletas al arrancar aceleradamente.
Minutos después, algunas personas salieron de sus casas y vieron tiradas en la mitad de la calle 19 entre avenidas 52 y 53, a los dos hermanos, además estaban ensangrentados.
De inmediato los residentes dieron aviso a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) de lo sucedido y minutos más tarde, varias patrullas llegaron al sitio, y al ver que una de las víctimas aún respiraba, la auxiliaron y llevaron al centro asistencial, pero antes de recibir atención médica, falleció.
La trágica escena fue acordonada por los uniformados, mientras esperaban la llegada de las unidades de la Brinho para que se encargaran de la inspección técnica.
Y luego de que los peritos forenses arribaron e iniciaron la diligencia judicial, varios habitantes del sector, que rodearon la escena, comenzaron a recordar cuántos asesinatos han cometido alrededor de ese punto. Algunos llegaron a contar cinco o seis sucesos, en menos de un año.
Lo peor de todo, es que entre los murmullos se escuchaba decir que pese a que la Policía sabe que por ahí se venden drogas y se cometen atracos, las patrullas es muy poco lo que pasan a contrarrestar esos delitos.
Una escena de dolor
Entre el asombro que había en el ambiente, uno de los familiares de las víctimas que acompañaba a las autoridades, no pudo contener las lágrimas. Justo cuando observaba que los miembros de la Brihno hacían el levantamiento del cuerpo de José Calderón, la mujer soltó unos gritos de dolor.
Los investigadores rodearon a la familiar de los hermanos y comenzaron a dialogar para tratar de establecer qué provocó el doble asesinato, pero fue muy poco lo que conocieron.
Una disputa por microtráfico
En ese sector de la ciudadela Juan Atalaya, la disputa por el microtráfico ronda las calles y la tranquilidad de los habitantes. Uno de esos grupos delincuenciales estaría dirigido por Ever Carreño Corredor, alias ‘Porras’, quien a pesar de estar tras las rejas sigue atormentado a los cucuteños.
Otra banda de microtraficantes estaría liderada por un hombre que conocerían como ‘Ñoño’, quien también estuvo en la cárcel, pero ya salió en libertad.
Por eso, una las hipótesis de esta nuevo hecho de sangre, sería que alguno de estos dos delincuentes dio la orden de comer el doble homicidio.