Lo que un asesino a sueldo planeó como un ataque en que acabaría con la vida de la persona que le encomendaron terminó también con su muerte.
El hecho ocurrió en la noche del sábado en la calle 28 con carrera 36 del barrio San Roque, en el suroriente de Barranquilla, cuando un hombre se le acercó a Elkin Manuel Viaña Hernández, quien estaba cobrando una mercancía, y lo baleó sin contemplación.
La víctima recibió los impactos de bala en la boca, espalda y en el glúteo derecho. Con esas heridas, logró alcanzar el arma de fuego y le disparó a su victimario, quien no pudo huir y cayó junto a él en el mismo lugar.
A Viaña Hernández sus familiares lo trasladaron al Hospital de Barranquilla, pero allá murió. Los médicos intentaron que las balas no lo mataran, pero no lo lograron. Eran graves y ya habían cobrado su vida.
Aún no es claro cómo la víctima le disparó a su atacante. Una versión asegura que logró lanzarse sobre él, desarmarlo y atacarlo con el mismo arma de fuego; la otra versión precisa que Elkin Manuel portaba un arma y mientras estaba tirado en el suelo pudo sacarla y defenderse. Las labores de la Policía están encaminadas ahora en esclarecer los detalles de ese doble homicidio que se perpetró frente a varias personas.
Del sicario se conoció, según describió la comunidad, que era de contextura delgada, tez trigeña y vestía un jean, una chaqueta y un buzo rojo. Su identidad no ha sido dada a conocer.
En el lugar del crimen, uniformados de la Policía Metropolitana de Barranquilla encontraron un arma de fuego tipo revólver, calibre 38.
Los móviles del crimen no están determinados y son motivo de investigación; sin embargo, preliminarmente se asegura que se originó por un ajuste de cuentas y que la víctima tenía anotaciones judiciales por los delitos de tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas de fuego y lesiones.
Información tomada de El Universa