En medio de un juego, el hombre perdió el control y lastimosamente terminó siendo llevado por una mula en plena Autopista Sur.
Eran las 3:12 de la tarde de este martes cuando un joven de 26 años fue atropellado por un camión en la Autopista Sur (Carrera 4 ) con Calle 22, a la altura del barrio El Sol, en el municipio de Soacha. La tragedia se dio en medio de un inofensivo juego entre el joven con otra persona.
“Él llevaba como tres semanas trabajando en este lugar como limpiavidrios, era de Maracaibo (Venezuela), había estado en Perú, llegó a Medellín y el hermano fue por él y se lo trajo a Bogotá”, contó ayer una comerciante de la zona.
Trágico accidente
Carlos Reverol Borrero (26 años) perdió la vida en un trágico accidente de tránsito este martes en la Autopista Sur. De acuerdo con el relato de algunos presentes, el terrible accidente se dio en el momento en que el joven se encontraba jugando con quien sería su hermano en medio del separador de la Autopista Sur con Calle 22.
“Estaban recochando, jugando a lanzarse agua de la botella con el hermano. El hermano le lanzó agua y él se echó para atrás, en ese momento él quedó en el borde del andén e intentó que lo ayudarán, pero en ese momento el semáforo estaba en verde y la mula estaba pasando”, le relató con tristeza una vendedora informal ayer a Q’HUBO.
De acuerdo con los testigos, Carlos cayó a la vía y las llantas traseras del camión terminaron arrastrándolo, dejando su cuerpo tendido sobre el asfalto y sin signos vitales.
“El señor ni cuenta se dio que le había pasado por encima, porque él cayó justo como en el medio de la mula mientras esta estaba andando. No sé si después la pararon más abajo, pero ella siguió. Él extendió los brazos como ayúdenme, y el hermano intentó agarrarlo, pero no pudo, eso fue muy rápido”, dijo la testigo del accidente.
Ante la tragedia, dicen que el hermano de Carlos corrió hasta el cuerpo de él y desgarrado al verlo, lloraba al lado del cadáver, mientras que las autoridades de tránsito eran alertadas del accidente.
Tristemente, ante los ojos de los transeúntes y comerciantes, el cadáver de Carlos fue cubierto con una sábana azul y una pequeña zona fue acordonada, mientras que las unidades de criminalística arribaban y se encargaban de las labores de levantamiento.
“Eso fue muy triste, llegó la mamá y dos personas más y le levantaron la sábana, eso lloraban mucho. El levantamiento fue como hasta las 4 de la tarde. Estos días que estuvo aquí lo vi apagadito, el día jueves pasado le regalaron dinero y le dije yo: “estás bendecido”, y él me miró y sonrió”, decía una mujer que trabaja en la zona.
Por lo pronto entre los trabajadores de la zona se respira un aire de duelo, y todos lamentan que este joven, padre de una niña de unos dos años, perdiera su vida en este accidente.
“Él no se metía en problemas, vivía en Bosa La Despensa, era un buen muchacho, la novia de él estaba en Maracaibo, al igual que su niña, era reservado, pero no lo veía uno buscando problemas”, finalizó diciendo un limpiavidrios que conoció al joven.
