“A El Tío lo mataron en pleno eclipse” se le escuchó a un vecino del sector donde asesinaron al hombre, de unos 40 años, en la zona céntrica de Cúcuta, acción sicarial cometida, al parecer, por una mujer.
El comentario surgió porque a esa hora millones de espectadores en América con telescopios, cámaras con filtro y gafas especiales observaron el «anillo de fuego», que formó un eclipse anular de Sol en su avance por el continente, desde el norte hasta Suramérica y que fue visible en esta capital y otras localidades de Norte de Santander, como reseñaron medios locales e internacionales.
Efectivamente promediando las 2:00 de la tarde, cuando el “negocio estaba a reventar”, una pareja detuvo la motocicleta en la que se movilizaban, a mitad de cuadra de la calle 8 entre avenidas 2 y 3, a unos 50 metros del CAI del parque Nacional, en el barrio Latino.
El hombre y la mujer, de aspecto joven, bajaron del automotor y entraron al establecimiento, donde los allí presentes consumían bebidas embriagantes y tacaban alrededor de las mesas de pool y billar.
Los recién llegados permanecieron menos de dos minutos, al parecer ‘mirando el panorama’, cuando la mujer, de cabello negro y blusa blanca, desenfundó una pistola y le propinó un tiro en la cabeza a su víctima, quien estaba acompañado de otros dos hombres, según narraron testigos.
Una vez ‘hecho el mandado’ salieron como si nada, subieron a la moto y arrancaron en sentido oriente-occidente, pasando al parecer por el costado del también llamado parque de La Bola, que da sobre la calle 8, perdiéndose en medio del tráfico y en el barullo de transeúntes y vendedores, en uno de los sectores más concurridos de la capital de Norte de Santander.
Al disiparse el humo del arma percutida y los sicarios se alejaron, el lugar donde quedó el cuerpo tendido de Daniel Navas, como fue identificada la víctima, se llenó de curiosos, hasta que las autoridades policiales llegaron a poner un poco de orden, extendieron la cinta amarilla y negra con la que suelen acordonar la escena del crimen, en espera de los investigadores de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), que cerca de una hora después hicieron su arribo.
Trascendió que la víctima sería la persona que tenía a cargo el local de diversión, pero que hacía poco lo había subarrendado, sin embargo solía venir al pool a jugar y a tomarse unas cervezas, se escuchó decir a quienes lo conocieron, señalándolo como una persona tranquila y amable.
Un grupo de investigadores se dio a la tarea de hablar con los empleados del establecimiento y a practicar las demás acciones periciales, mientras otros fueron por los alrededores localizando cámaras electrónicas donde pudieron haber quedado grabados los homicidas, tanto al momento de arribar al sitio, como cuando escaparon tras el hecho de sangre.
Se escuchó igualmente que oficiales de la Policía impartían órdenes a los patrulleros para que estuvieran muy alertas y desarrollaran operativos de control en calles y avenidas, requiriendo a los conductores de las motos y sus acompañantes, ya que el de este sábado es el segundo caso que ocurre donde está vinculada una parrillera.
Los otros hechos
El primer caso se registró la noche del jueves, cuando un hombre y una mujer, llegaron en una motocicleta hasta la calle 27 con avenida 28 del barrio Belén y acribillaron de tres disparos a Lennín Villamizar Leal, un habitante de calle. En la huida la mujer fue capturada gracias a la reacción oportuna de agentes de la Policía y se le encontró un arma de fuego, mientras que su cómplice logró escapar. Al parecer, la mujer sería la responsable de disparar, mientras su acompañante conducía.
Estos asesinatos se suman a otros casos que han ocurrido en los últimos días en la capital de Norte de Santander, en sectores periféricos y céntricos, en horario nocturno pero también a plena luz del día, lo que mantiene atemorizada a la población, que pide mayor seguridad a las autoridades locales y a la Policía.
