Esta semana llegaron a las redes sociales las fotografías de un carro que circulaba por la Avenida Oriental de Medellín adornado con serpentinas y bombas rosadas, el color que identifica la lucha contra el cáncer de seno. En la parte de atrás del Renault Clio se leía una inscripción que no dejó indiferente a ninguno de los conductores de los otros carros que transitaban por la zona: “Hoy es mi última quimio. Erica R”. La noticia fue recogida por varios medios de comunicación en Colombia. El medio El Colombiano contactó a Alba Erika Rivera Correa, que reside en Bello y es mamá de dos niños.
La historia de la lucha de Erika contra el cáncer comenzó este año, luego de dar a luz a su segundo hijo. Una protuberancia en su seno derecho la hizo ir a los servicios médicos. Allí le mandaron una biopsia para tener un diagnóstico claro y saber qué procedimiento seguir en su caso. “Yo la hice con la tranquilidad del mundo, sin pensar que era cáncer”, dice Erika. A pesar de que en el laboratorio le dijeron que los resultados del examen se entregaban a los ocho días, la contactó una enfermera pasados apenas tres. Erika recuerda que cuando la llamada entró a su celular cargaba a su hijo menor.
La voz al otro lado de la línea, después de corroborar su identidad, le pidió acercarse a la sede del laboratorio para entregarle el resultado. En ese momento Erika intuyó que algo no andaba bien y le insistió a la enfermera que le dijera por teléfono qué pasaba. “En mi inocencia, pensé en un momento que era que el examen había salido mal, en el sentido de que no había sacado la cantidad suficiente, o que de pronto había que repetirlo, cualquier cosa. Pero ella fue muy enfática en decirme que era una situación en la que muchas personas no esperaban estar”.
Al enterarse del diagnóstico a la cabeza de Erika llegaron los pensamientos normales en este tipo de circunstancias. Se le ocurrió pensar, por ejemplo, que el éxito en la recuperación dependía de los niveles económicos del paciente, que le permiten acudir a los mejores médicos y comprar las mejores medicinas. Esto la llevó a pensar en la suerte de sus dos hijos —un niño de pocos meses y una niña de ocho años— y en la mala suerte de tener cáncer con 34 años y sin antecedentes de la enfermedad en la familia.
A la primera cita médica con el mastólogo —el médico especializado en el tratamiento de las glándulas mamarias— Erika asistió con su padre. El médico le habló de la agresividad del cáncer que padecía y de la importancia de haberlo detectado en una fase temprana de su desarrollo. “El médico me dijo: el tipo de cáncer que tú tienes es agresivo, muy agresivo, porque se riega muy fácil, por eso no podemos operar antes de la quimio”. El médico recomendó entonces aplicar seis sesiones de quimioterapias antes de retirar quirúrgicamente el tumor.
Además del camino convencional, Erika siguió los consejos de unos familiares que le recomendaron probar con la unión de tres tratamientos: la oxivenación, la ozonoterapia y las megadosis de vitamina c. Según expertos consultados por El Colombiano esta triada no reemplaza los procedimientos convencionales, pero sí puede disminuir el rigor de los efectos colaterales de la quimioterapia. “Esto a mí me ayudó muchísimo, porque me ayudó a subir las defensas”, dice Erika.
De esa manera, y con la ayuda de su familia, Erika llegó al final de su tratamiento con quimioterapia y se prepara para la intervención quirúrgica. Es muy consciente que el camino de su recuperación no ha sido transitado por completo, pero tiene su fe puesta en Dios. Además, sabe que la vida de un paciente con cáncer se transforma en un constante examen de sí mismo: “El cáncer no termina, es algo que toca seguir vigilado para que no se vuelva a despertar”.
Según estimaciones del Ministerio de Salud, los cánceres que más muertes producen en Colombia son los de pulmón, hígado, estómago, colon y mama. En los cálculos de la OMS, las muertes en el mundo relacionadas al cáncer de seno están muy próximas a las setecientas mil al año. Por ese motivo, los expertos recomiendan realizar con regularidad autoexámenes mamarios, mantener un peso saludable, limitar el consumo de alcohol y evitar el de tabaco. Además, a las personas con antecedentes familiares de cáncer se les pide mantenerse en guardia.