La repentina partida de Eduardo González Zárate ha llenado de dolor e indignación a sus familiares, quienes piden una exhaustiva investigación y que el hecho no quede en la impunidad.
Eduardo, de 64 años, fue arrollado por un vehículo tipo campero cuando cruzaba una calle de la urbanización Castillete, cerca al sector Cuatro Vientos, en Cartagena. Ocurrió el 24 de septiembre, a las 9:10 de la noche.
El electricista automotriz estuvo hospitalizado, pero la muerte le ganó la batalla en la noche del 27 de septiembre. Desde ese día sus parientes han recopilado información que les permita esclarecer lo ocurrido porque piensan que hubo negligencia en el caso.
José Eduardo dijo que “recopilamos videos donde se ve el accidente. En uno está el momento justo que es atropellado”. Este medio tuvo acceso a la grabación y allí se observa a Rafael cruzando la vía. También se ve al campero, que lleva en la parte de atrás una máquina pesada. Eduardo intenta esquivar el vehículo y subir al andén, pero el campero lo arrolla con la máquina que lleva sujeta. Más adelante para.
“En otro video vemos a los hombres que iban en el carro hablando lo más de tranquilos con el personal de la ambulancia, mientras mi papá agonizaba en la camilla. Eso no es todo, esa ambulancia no encendió las sirenas cuando iba camino a la clínica, además, su velocidad era lenta. Todo esto hizo que mi padre llegara a la Clínica Barú en peores condiciones”, afirma el pariente.
A su denuncia añade que “llegó a la clínica 41 minutos después del accidente, se demoraron demasiado”. El hijo ya hizo la denuncia ante la Fiscalía, pero este medio desconoce el procedimiento judicial contra el conductor, quien está libre. El campero es un Nissan de placas REJ-709.
La víctima
La víctima de este hecho era un experimentado electricista automotriz que trabajaba independiente y vivía en el barrio El Cairo.
El día del accidente había salido de un taller donde arregló un carro y caminaba a pie por el sector para buscar transporte y llegar a su vivienda. Deja dos hijos y una viuda.
Los allegados a Eduardo dicen que “si la ambulancia lo hubiera llevado a una clínica cercana, como era el Universitario, él estuviera vivo”.
