El pasado 16 de septiembre, John Jairo Muentes Muentes, junto a su esposa, su pequeña hija y la empleada que los ayuda en los quehaceres del hogar, salieron a las 5:20 de la mañana para el mercado de Bazurto a hacer algunas compras.
Salieron del apartamento 103 de la torre 5 del conjunto Malibú 2, del Complejo Residencial Parque Heredia, y al encontrarse con uno de los miembros de la vigilancia privada a cargo de la empresa Toronto, le hacen una recomendación muy especial: “vamos a hacer el mercado, el apartamento queda solo, para que esté pendiente y le eche el ojo”.
Muentes Muentes, quien se dedica a hacer trabajos de topografía, explica que cuando iban cerca de la Clínica Madre Bernarda, le pide a su esposa que revise las cámaras de seguridad para ver cómo estaba la mascota, una perrita que les acababan de regalar.
Pero tal fue su sorpresa que al revisar se dieron cuenta que el vigilante, justo a quien le habían pedido el favor que le ‘echara un ojo’, estaba dentro de su vivienda.
“Lo que hicimos fue nos devolvimos enseguida y al llegar a la portería le informamos al vigilante que estaba allí”. A juicio del afectado, hubo una especie de complicidad en esta acción ilegal. “Este llama por radio al que está dentro de mi apartamento, que habíamos llegado diciendo que estaban robando. De inmediato salgo para allá y cuando llegamos este ya no estaba. Es claro que lo alertó”, señaló.
Explica que una vez buscaron al vigilante que entró sin permiso al apartamento 103, lo enfrentó y le hallaron en el bolsillo el celular de la empleada del servicio.
“Como quiera que me ofusqué, sus compañeros se lo llevaron. Pensé que lo iban a retener hasta que la Policía llegara. Sin embargo, cuando la patrulla llegó este no estaba. Le permitieron sacar su moto y se fue huyendo”, denunció.
Cuando llegaron los miembros de la Sijín para hacer una inspección de la casa se percataron que hacían falta 14 millones de pesos que había ahorrado producto de varios trabajos relacionados con su profesión. “De lo cual tengo soportes”, precisó.
Indicó, además, que cuando llegó el supervisor de la empresa de vigilancia Toronto, no tenían al instante la hoja de vida del implicado en el hurto. Tiempo después la buscaron y se la facilitaron a los miembros de la Sijín quienes fueron a la casa del presunto ladrón y este no estaba en su vivienda.
Lo que ahora le preocupa a la víctima de este insólito robo es la demora que ha habido en la Fiscalía, desde el pasado 16 de septiembre para agilizar el proceso, pues días después de poner la denuncia averiguó y le dijeron que aún estaba “inactivo”, lo que demoró el proceso.
Desde la empresa Toronto, si bien le dijeron que había una poliza que respondería por lo sucedido, desde entonces no han vuelto a tener comunicación con ellos.
