El trámite de la reforma laboral ha dado de qué hablar sobre el recargo a las horas nocturnas y los impactos que tendría el articulado sobre las pequeñas empresas. Sin embargo, hay una arista que plantea la reforma y que no ha sido mencionada con tanta amplitud: el incremento de la licencia de paternidad.
Para los hombres que tienen hijos, el permiso a hoy es de dos semanas. Ese es el tiempo que tienen para pasarla con sus recién nacidos. Pues bien, la reforma quiere cambiar eso, que se considera muy exiguo, y ampliarlo a 12 semanas. La intención no es solo que los padres pasen esos días con sus hijos, sino que estén con sus parejas en esas difíciles primeras semanas después del nacimiento del bebé.
El aumento, sin embargo, está planteado de manera gradual. De aprobarse el artículo, en 2023 se aumentaría a cinco semanas; en 2024, a ocho; diez semanas, en 2025, y finalmente las doce prometidas de 2026 en adelante.
Esta propuesta nació de las centrales obreras y cobijaría también a los padres adoptantes. Hay que recordar que la reforma, que tenido la oposición de una parte de los empresarios, ya tiene 39 artículos aprobados en el legislativo.
Algunos de ellos han sido modificados en el trámite. El gobierno había propuesto que el recargo nocturno comenzara desde las 6:00 de la tarde, pero finalmente se acordó que fuera desde las 7:00 de la noche.
La reforma ha sido muy cuestionada, como se dijo, por los empresarios medianos y pequeños. Es el caso de Lina María Montoya, directora de Interactuar, una corporación que por 40 años ha trabajado en pro de la llamada “economía popular”, que hace referencia a aquellas actividades económicas no formales o informales que generan su ingreso por medio de un emprendimiento propio.
“Los empresarios que empiezan a observan unos altos indicadores de informalidad, el 85% de esos negocios son informales, y si se les van a aumentar los costos laborales no habrá incentivos para que ellos se formalicen”, anotó Montoya, quien se comprometió, incluso en esa coyuntura, a seguir acompañando los emprendimientos de barrios y pueblos.
Según datos del Dane, hasta el año 2022, el 95% del tejido empresarial estaba conformado por micronegocios, de ese porcentaje más del 80% son informales basados en el Registro Mercantil. La cifra varía si se habla de informalidad basada en registros contables, la cual está alrededor del 60% o si es formalidad basada en el Registro Único Tributario, sería del 70%.
