El propio presidente Gustavo Petro fue notificado hace tres semanas de que su hijo Nicolás está inmerso en un escándalo que involucra a viejos capos del narcotráfico, movimientos ocultos de dinero en efectivo y una repartija burocrática con tintes de ilegalidad. Pero guardó silencio hasta este jueves. No quiso decir nada antes.
Quien le informó a Petro en su propia oficina fue Day Vásquez, la exesposa de Nicolás que –con chats, audios y un relato minucioso– le contó que su hijo se quedó con 600 millones de pesos que le entregó en efectivo el exnarcotraficante Samuel Santander Lopesierra, conocido como el Hombre Marlboro.
Vásquez le dijo al Jefe de Estado que esa plata la pidió su hijo –quien además tiene una curul en la Asamblea del Atlántico– para supuestamente inyectársela a la campaña presidencial. Lo que le aseguró es que el viejo capo, que recuperó su libertad en Estados Unidos apenas hace dos años, le entregó ese dinero con el fin de impulsar la candidatura y, de paso, acercársele al ahora primer mandatario.
Pero, según le reveló Vásquez a la periodista Vicky Dávila en una explosiva entrevista en Semana, la plata jamás llegó a las cuentas de la campaña. Se la quedó para uso personal y hasta la invirtió, según su relato, en una lujosa casa en Barranquilla avaluada en $1.600 millones.
“Nicolás le recibió dinero a ese señor, más de $600 millones para la campaña del papá. Eso nunca llegó legalmente a la campaña porque él se quedó con ese dinero. Y así con otros. A un señor de Cartagena, el Turco Hilsaca, creo que se llama, también le recibió en mi apartamento”, dijo la exesposa de Petro (hijo).
El Hombre Marlboro, precisamente aupado en las filas del Pacto Histórico, está buscando la Alcaldía de Maicao (La Guajira) y no se descarta que los aportes a la campaña presidencial, que aparentemente nunca llegaron, hubieran sido un puente económico para conseguir ese aval.
Y la segunda persona a la que se refiere Vásquez es a Alfonso del Cristo Hilsaca Eljadue –conocido como el Turco Hilsaca–, un polémico contratista de la Costa Atlántica salpicado en varios escándalos de corrupción y posibles pagos a ilegales, que incluso ha estado preso.
Según lo dicho por la expareja de Petro, al Turco le recibió en dos pagos distintos y también en efectivo una suma de $400 millones. Esta plata estaba destinada a la campaña presidencial del papá del diputado atlanticense, pero –al parecer– tampoco llegó nunca.
“La hija de este señor Lopesierra es amiga de Nicolás desde hace muchísimos años. Esa muchacha, creo que de buena fe, y no de mala fe, acercó al papá con Nicolás y todo lo demás. Tuvimos una reunión en la casa de la hija”, agregó Vásquez. Y aquí cabe un dato: según la ley, el hijo del Presidente podría ser procesado por enriquecimiento ilícito y financiación ilícita de campañas, lo cual ya le valió un expediente en la Fiscalía y otro en la Procuraduría.
En todo caso, esa y otras citas que relató Vásquez y que se concretaron para entregar del dinero, el de Marlboro y el de Hilsaca, se produjeron en el primer trimestre del 2022 y tuvieron otro intermediario que no es de poca monta.
Se trata de Máximo Noriega, un político de vieja guardia de la izquierda colombiana muy cercano a Gustavo Petro y quien, entre otras cosas, aspiró a la Alcaldía de Barranquilla y al Senado en periodos distintos y con el aval del Polo; ahora en este 2023 quiere buscar la Gobernación del Atlántico ondeando las banderas del Pacto Histórico.
“Máximo Noriega es actualmente candidato a la Gobernación. Es una de las personas de confianza de Nicolás. Todo se hizo a través de Máximo. La plata que se entregaba, se la entregaban a Máximo. El señor (Marlboro) nunca le entregó nada directamente a Nicolás. Todo fue a través del Máximo”, agregó Vásquez en la entrevista con Semana. Y esto también se lo contó a Petro en su oficina.
Es tal la cercanía de Nicolás Petro y Máximo Noriega que este último le aportó al primero $35 millones para su fallida aspiración a la Gobernación del Atlántico de 2019.
Otro de los hechos que relató la exesposa del hijo de Gustavo Petro está relacionado con una camioneta blindada en la que solía movilizarse Nicolás y que también, en campaña, fue usada por el ahora Jefe de Estado. Lo particular de ese vehículo es que terminó siendo propiedad de un polémico megacontratista de Villavicencio (Meta), pero fue utilizada en la Costa Atlántica. ¿A cambio de qué?
“Él dice que es alquilada. De hecho, yo tengo la segunda llave de esa camioneta, porque él en un momento me dijo: ‘Esta camioneta es tuya’. Cuando tuvimos todo este problema de la separación, él me dijo un día: ‘Voy a mandar por la camioneta porque mi papá la necesita (…). No devolvió la camioneta”, precisó Vásquez.
Y para cerrar este capítulo del carro, la exesposa de Nicolás advirtió que, por reclamarle sobre esa camioneta, terminó perdiendo su esquema de seguridad pese a las amenazas que dijo ha recibido. Incluso, en la entrevista advirtió que requiere que se lo devuelvan y más con todo lo que contó.
“Yo tengo todos los chats con Nicolás. Él en chats me decía, no solo de este señor Santander Lopesierra, sino de los otros, a través de un primo de él, Camilo Burgos. Me decía: ‘Mañana entregan 20, hoy entregaron 30, mañana le entregan a Camilo tanto’. Yo tengo el chat real, porque yo nunca elimino”, enfatizó.
¿Corrupción y burocracia?
Ahora bien, la entrevista que se tuvo que anticipar por cuenta de un comunicado del presidente Petro en el que pide que se investigue a su hijo Nicolás por posibles hechos de corrupción y a su hermano Juan Fernando Petro por presuntas irregularidades con los cupos de narcos para la paz total, no solo versó sobre la entrega de plata, un tema que –dicho sea de paso– revivió los videos de Petro papá en 2005 recibiendo $25 millones en efectivo de esa época en una bolsa negra para hacer política; esto nunca prosperó en tribunales.
Pero, en efecto, Day Vásquez reveló que el detrás de cámaras de una foto que hace dos meses levantó polémica porque se vio en una fiesta a Nicolás Petro abrazado con Musa Abraham Besaile, hijo del condenado por corrupción y exsenador Musa Besaile. En su momento, la excusa fue que eran amigos de vieja data, pese a que Nicolás tiene 35 años y el otro no supera los 22.
Lo que dijo Vásquez es que la intención de canalizar el apoyo del clan Besaile al Pacto para las regionales de octubre próximo fue a cambio de que se le entregara el mando del Sena en Córdoba.
“A él (a Nicolás) le entregaron el Sena de Córdoba, y pusieron a alguien muy cercano a Musa de director (…). Por eso la cercanía con Musa y todo este tema en Córdoba”, precisó Day Vásquez.
Esto, además, podría constituirse como otro delito que en el Código Penal se denomina cohecho. El hijo de Petro es consciente de esto y, por lo mismo, dijo en un comunicado cerrando la tarde de este jueves que “me pongo a disposición de la Fiscalía en lo que requiera para fines de ratificar mi inocencia frente a estas vinculaciones que no se tratan más que de ataques políticos y personales”.
Y para cerrar todo este cuadro de polémicas y delitos que salpica al hijo de Gustavo Petro hay otro dato en la entrevista de su exesposa. Resulta que le dijo a Vicky Dávila que Germán Londoño es el hombre de confianza de Nicolás. “Él le está manejando toda la plata que le entra”.
¿Quién es él? Se trata de un barranquillero que, entre otras cosas, impulsa el movimiento Independientes de Daniel Quintero, con quien tiene fotos y a quien, pese a toda la estela de posible corrupción que rodea la Alcaldía de Medellín, lo considera como un “excelente mandatario”. Esto se traduce en que, más allá de los expedientes penales y disciplinarios por los que deberá responder Nicolás, seguramente se abra un capítulo antioqueño de esta trama, pues en campaña también se habló de posibles pagos ilícitos a la campaña presidencial. El escándalo subirá de tono en pocos días.
Juan Fernando Petro, sobre quien el presidente Gustavo Petro –su propio hermano– pidió este jueves que sea investigado por posibles irregularidades en la búsqueda de la llamada paz total, es una de las personas más polémicas que han rodeado al ahora mandatario.
Fue precisamente él, Juan Fernando, quien recorrió varias cárceles durante la campaña presidencial, entre 2021 y 2022, parapetado bajo la chapa de realizar un trabajo humanitario y así entablar contacto directo con narcotraficantes y excapos de grupos ilegales que están ad portas de ser extraditados.
Lo que se dice, y por lo cual la Fiscalía ya tiene un expediente abierto, es que se habían planteado vías jurídicas para frenar esos envíos a cárceles federales estadounidenses a cambio de dinero.
Incluso, para febrero del año pasado, se habría dado en un exclusivo sector de Medellín una cita alterna entre delegados de Juan Fernando Petro –algunas versiones señalan que él también estuvo presente– y emisarios de Juan José Valencia Zuluaga, alias Falcón, quien en todo caso sí terminó preso en Estados Unidos.
Ese dato es clave, porque se suma a otra polémica visita que el mismo Petro hizo a La Picota, una cárcel de máxima seguridad de Bogotá, donde en abril del 2022 habló con varios condenados por corrupción de una tesis que bautizó como “perdón social” y que, en últimas, llevaría a la libertad de este tipo de sentenciados. La polémica fue durísima y el entonces candidato Gustavo Petro tuvo que salir a explicarlo todo.
Pero Juan Fernando hizo esas visitas, aún es difuso si por petición de su hermano –aunque todo indica que por lo menos sí estaba enterado–, bajo una ONG que se llama Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, la cual recibe financiación internacional.