La decisión de su suspensión había sido tomado el 21 de noviembre de 2002, por un término de tres meses, pues cabe recordar, que la togada se le investigó por aparecer “con una imagen deplorable, con los ojos entredormidos, despeinada, recostada en una cama, semidesnuda, fumando, y con notoria dificultad en la articulación de las palabras que pronuncia”, según la Seccional.
Ante esto, Alfonso Cajiao, magistrado ponente, manifestó que la medida provisional que había sido ordenada en contra de la juez, no cumplía con los requisitos establecidos en el Código General Disciplinario, pues las acciones por las que se le juzgaron, no estarían interfiriendo en la investigación que se adelantaban en esa audiencia.
“De los tres requisitos formales que establece la norma, no se acredita de forma concreta el tercero de ellos, pues no se menciona como la disciplinable podía interferir en el trámite de la investigación o pueda continuar con la reiteración de la conducta objeto de investigación, ya que no se hizo alusión a pruebas, antecedentes o elementos de juicio que así lo permitieran entender”, precisó el magistrado.
Por lo anterior, la Comisión Nacional de Disciplina Judicial deberá restablecer a Polanía en su cargo y ordenar a la seccional correspondiente que continúe con el proceso disciplinario en contra de ella.
Es de mencionar, que luego de la polémica suscitada por la jueza, según Blu Radio, la togada había sigo diagnosticada con depresión y ansiedad. Incluso llegó a recibir amenazas de muerte.
“Ella me dice que ha sido diagnosticada con síndrome de depresión y ansiedad. Lloraba y lloraba. Asegura que lleva encerrada tres años en su casa, porque ha sido víctima de amenazas de muerte”, relató Néstor Morales, director del programa radial, Mañanas Blu.
